vitoria. "Señor Pastor, yo creo que somos, digo somos, rehenes de nuestras estrategias del pasado". La frase que dirigía en su último turno de palabra ayer el portavoz del grupo jeltzale, Joseba Egibar, a su homólogo socialista define el momento de inflexión que parece atravesar esta joven legislatura tras la prórroga presupuestaria. Ayer volvía al Parlamento Vasco, de la mano de EH Bildu, el requerimiento al Ejecutivo de Iñigo Urkullu de un calendario legislativo, casi como continuación de la sesión de la semana pasada sobre el programa de gobierno, también con la necesidad de fraguar alianzas como telón de fondo.
Y como entonces, Urkullu insistió ayer en que los departamentos de su Gobierno trabajan para presentar sus propuestas legislativas -las avanzadas en el programa de gobierno ascienden a 16 - y la documentación que las acompaña con la fecha límite del 15 de junio, de manera que el Ejecutivo llevará el programa legislativo al Parlamento ese mismo mes, un programa que será, insistió en varias ocasiones, "realista", de manera que el Gobierno será "capaz de cumplirlo".
"La pregunta sigue siendo cómo piensa sacar adelante estos proyectos", replicó la popular Arantza Quiroga, cuya estela siguió José Antonio Pastor: "Para lograr acuerdos políticos cuando uno gobierna tiene que decidir (...), no vale venir aquí y decir me vale todo lo que me dice usted, lo que me dice usted y lo que me dice usted si me da los votos necesarios. Eso no es gobernar, eso es sobrevivir". El intento del lehendakari de conjurar esa sensación de solitaria minoría -evidenciada con toda su crudeza en el trámite presupuestario- mediante la doble cumbre institucional y multipartita de ayer y la próxima semana, por ahora, sigue en stand-by.
El desmarque de Gipuzkoa del acuerdo anunciado el miércoles entre Lakua y las tres diputaciones enfrió ayer el buen prolegómeno que suponía ese pacto de reactivación económica y generación de empleo -con cargo al endeudamiento generado por la prevista flexibilización del límite de déficit- de cara a la reunión con los partidos, entre el miércoles y el viernes de la próxima semana. Y, en este sentido, la advertencia la dejó en el estrado Egibar: "No nos vemos en soledad porque conectamos con una mayoría de la sociedad, por eso con o sin ustedes avanzaremos". Pero Egibar fue más allá, admitiendo que el Ejecutivo necesita llegar a acuerdos, pero otorgando su cuota de responsabilidad a la oposición: "Si no llegamos, está acabado el Gobierno y la oposición". Un reparto que no gustó a los socialistas: "Durante toda la legislatura anterior hubo crisis económica, ¡vaya que si la hubo! ¿Y dónde estuvo ahí la responsabilidad del PNV? En poner palos en las ruedas", replicó Pastor.
realismo En cualquier caso, Urkullu mantiene intacto su empeño de lograr "un acuerdo de estabilidad", con la vista puesta en la reunión multipartita de la semana que viene, y su convencimiento de que cumplirá el programa legislativo que ha perfilado en torno a 16 proyectos. En este sentido, el lehendakari apeló al "realismo" de la oposición, para replicar a los reproches sobre la tardanza en la presentación de este calendario. En primer término, para recordar que el anterior Gobierno tardó seis meses en registrar el suyo. En segundo, para subrayar que de los 37 proyectos que presentaron la anterior legislatura en el Legislativo, 19 llegaron sin la debida documentación.
Iñigo Urkullu se comprometió ayer a que la memoria de cada proyecto incluya las fechas de presentación al Consejo de Gobierno y al Parlamento Vasco.
Sobre esta base, Urkullu estructuró el futuro programa legislativo en torno a tres ejes: el relacionado con la Administración Pública, el de la paz y los derechos humanos y un tercero relacionado con iniciativas relativas al desarrollo humano, desde la Formación Profesional al ámbito de las drogodependencias.
eh bildu y la ley de consulta Un esbozo que no satisfizo a la oposición. Fue especialmente prolija la portavoz de EH Bildu, Laura Mintegi, que casi perfiló su propio programa legislativo citando como prioritarios los debates sobre la Ley Municipal, la Ley de Vivienda -ambas reivindicadas también por otros grupos como UPyD o PSE-, la Ley de Protección de la Naturaleza y la legislación relativa a la Renta de Garantía de Ingresos. Pero fue en su segundo turno cuando Mintegi reclamó al lehendakari que incluya en su calendario una ley de consultas, habida cuenta del compromiso con un nuevo estatus político que recoge su programa de gobierno.