Bilbao. Un día después de la manifestación que el sábado recorrió las calles de Bilbao para denunciar la política penitenciaria de los estados español y francés, en la que se pidió la derogación de la doctrina Parot, el fin de la dispersión y la liberación de los presos de ETA con enfermedades graves, ayer fue el turno de conocer en primera persona los efectos de dicha política. Y es que dos hermanos del exdirigente de la banda Xabier López Peña, Thierry, fallecido el pasado 30 de marzo en un hospital de París, comparecieron ayer en la capital vizcaína para denunciar las circunstancias en que se produjo su muerte y el trato que han recibido por parte de las autoridades francesas.
En una rueda de prensa convocada por Etxerat, Juanma López Peña, que participó en la marcha de la víspera -fue uno de los encargados de portar la pancarta-, fue contundente al afirmar que "ha sido un secuestro y asesinato político por todo el ocultismo en que nos han tenido. No tenemos un parte de ingreso, de defunción... Nos han tratado como a perros". Muy emocionado en el transcurso de su intervención, que tuvo que interrumpir en varias ocasiones, realizó un relato de los hechos que arrancó el pasado 9 de marzo, cuando la madre y una hermana de Xabier le visitaron en prisión y le encontraron "perfectamente bien de salud".
Negó por ello que su muerte se haya debido a un infarto o un derrame cerebral, como se ha dicho, aunque aseguró desconocer las causas reales por la "falta de información" a la que han sido sometidos. Según la cronología dada a conocer ayer, el 11 de marzo Thierry fue trasladado al centro hospitalario de Corbeil-Essonne para ser sometido a una revisión. Después fue enviado de urgencia al hospital Pitié-Salpêtriere de París, donde el día 14 fue sometido a un catéter. "En este tiempo la familia no hemos sabido absolutamente nada. Ha estado secuestrado", señalaron sus hermanos.
El día 15 fueron avisados por los propios presos de la cárcel en que cumplía pena Xabier de que éste no había regresado al centro penitenciario, y no fue hasta el 19 de marzo cuando su abogada tuvo conocimiento, tras remover cielo y tierra, de que se encontraba en el hospital de París. "Hemos pasado 20 días llenos de sufrimiento, interrogantes, impotencia y desinformación", aseveró Begoña López Peña. Según ella, solo les trasladaron que "llegó a París con un pequeño coágulo en el cerebro del que los médicos nos dijeron que se podría recuperar con rehabilitación y que allí le hicieron un bypass en el corazón".
Cama vacía Los familiares se enteraron de su muerte 12 horas después de ocurrida por boca de la médico de guardia del servicio de Neurocirugía cuando fueron a la sala de la UVI donde estaba ingresado y vieron que "no estaba custodiada y que su cama estaba vacía". "Xabier murió el 30 de marzo a la una de la madrugada. Murió solo con su familia en un hotel a cinco minutos del hospital", relató Begoña, que criticó a su vez que sólo pudieron ver su cadáver "a través de un cristal" cuatro días después y que ningún médico de confianza pudo asistir a la autopsia.
Un desenlace inesperado que, al parecer, también sorprendió a los médicos que le trataron, uno de los cuales reconoció que no se explicaban lo que había sucedido ya que "las constantes de López Peña eran buenas". Como consecuencia de todo ello, los hermanos de Thierry anunciaron que han interpuesto "cuatro o cinco" denuncias contra todos los estamentos implicados en el caso: hospitales, Gendarmería, médicos, autoridades penitenciarias francesas... Expresaron a su vez su deseo de que los restos mortales del exdirigente de ETA puedan llegar esta misma semana a su localidad natal, Galdakao.