iruñea. La independencia ha dejado de ser una exigencia exclusivamente sustentada en una base política para encabezar la demanda global que desde la izquierda abertzale plantean como salida a la crisis y eje fundamental del futuro del pueblo vasco. Así quedó de manifiesto ayer en Pamplona, donde miles de personas recorrieron la capital navarra en la celebración de un nuevo Aberri Eguna que además de los ingredientes reivindicativos y festivos habituales recordó al otrora máximo responsable de ETA fallecido la víspera, Xabier López Peña, alias Thierry, y exigió la dimisión de la presidenta del Gobierno Foral, Yolanda Barcina.

En el arranque de la marcha, el portavoz de Sortu, Pernando Barrena, valoró la muerte de Thierry como una "consecuencia de la actitud de los Estados español y francés que niegan cualquier tipo de solución al conflicto político vasco", pese a que, en su opinión, la puesta en libertad de los presos de "motivación política" es "algo que exige la mayoría" y para lo que "se pueden dar pasos desde ya".

El dirigente abertzale expuso que la legislación penitenciaria española da "herramientas suficientes" para que tres cuartas partes de los 700 presos vinculados a la organización terrorista que están en prisión puedan ser puestos en libertad.

No activar estas medidas supone "dilatar sine die la agenda de soluciones para este país", algo incomprensible según Barrena, quien no obstante dejó patente que esta ausencia de respuestas por parte de los Estados español y francés no modificarán el carácter "irreversible" de la decisión de abandonar la violencia que ETA adoptó hace 17 meses, así como la apuesta de la izquierda abertzale por las vías políticas y democráticas. En definitiva, un punto de inflexión ante una nueva era a pesar de, en opinión del dirigente soberanista, existan todavía frentes que "añoran una situación de confrontación violenta porque obtenían mayores réditos políticos".

Barrena estuvo acompañado en el recorrido por otros rostros históricos de la izquierda abertzale como Rufi Etxebarria, Joseba Alvarez o Txelui Moreno, además de la líder del sindicato LAB, Ainhoa Etxaide.

Junto a ellos, una amplia representación de la bancada parlamentaria de EH Bildu, la coalición que aglutina a dirigentes de la izquierda abertzale, Alternatiba, Aralar y Eusko Alkartasuna, con las notables ausencias de la portavoz en el Legislativo vasco, Laura Mintegi y su compañero de grupo y presidente de Sortu, Hasier Arraiz.

Entre todos, un lehendakari, Carlos Garaikoetxea, quien junto al diputado en el Congreso por Amaiur Rafa Larreina y el parlamentario y secretario general de EA, Pello Urizar, completó el recorrido por algunas de las principales calles navarras inmerso entre los participantes; más de 20.000 según la organización y 8.000 a tenor de los datos de la Policía Nacional.

ritmo y gritos Al ritmo carnavalesco de los zanpanzar, una marea teñida por el verde de pañuelos y pegatinas que reclamaban la independencia y el amplio colorido de ikurriñas, banderas navarras, catalanas y gallegas avanzó coreando consignas en favor de la independencia de Euskal Herria y la puesta en libertad de los presos vascos hasta el paseo Sarasate, donde aguardaba un escenario en el que se conjugaban las influencias reivindicativas y festivas que acompañan al Aberri Eguna.

Sobre las tablas, diversos mensajes del pueblo catalán por boca de los portavoces de la Asociación Nacional Catalana y la diáspora vasca dieron paso a la representante de la red Independentistak -convocante del evento-, Garbiñe Bueno, quien al igual que Barrena enmarcó esta exigencia en la búsqueda de una salida a la dramática situación económica que arrastra a numerosas familias. "No vamos a permitir que arruinen nuestra economía ni nuestro futuro", expuso la representante de la red social. En este mismo sentido, destacó que hoy por hoy "es muchísimo más viable construir una democracia avanzada y un alto grado de justicia social en un Estado vasco y no dentro de España ni de Francia".