Mondragón. Sandra Carrasco, hija del exconcejal del PSE de Arrasate Isaías Carrasco, asesinado por ETA hace cinco años -el 7 de marzo de 2008-, mostró ayer su temor a que la "sociedad olvide a las víctimas del terrorismo de ETA y que se quiera pasar página con tanta rapidez". Sandra Carrasco realizó esta afirmación durante el homenaje que los socialistas vascos tributaron a su padre, y en el que tomaron parte la viuda y los hijos del edil asesinado, así como numerosos dirigentes del PSE como Txarli Prieto, José Antonio Pastor, Jesús Eguiguren, Iñaki Arriola, Manuel Huertas y Miguel Buen. Al acto también acudió el concejal de Bildu en Arrasate José Antonio Barriocanal, que milita en Eusko Alkartasuna.
Sandra Carrasco pronunció un breve discurso en el que se congratuló de que las cosas hayan cambiado en Euskadi y de que "por fin ETA nos haya dejado en paz , aunque no hay que olvidar que todavía no ha entregado las armas". La hija del concejal asesinado por la organización armada lanzó un mensaje a los partidos políticos, a quienes instó a que no olviden el dolor de las víctimas. "Entiendo que el entorno de ETA proteja a los suyos, pero no que algunos que antes estaban con nosotros ahora parezca que están en el otro bando", denunció Sandra Carrasco, quien dejó claro que respeta "todas las opiniones, pero no las comparte" en referencia a "todo lo que se está haciendo". Asimismo, la hija del edil asesinado mostró su deseo de que los todos los ciudadanos sean "capaces de convivir", pero también que "todos respeten el dolor y el sufrimiento de estos años y la memoria de víctimas".
Por su parte, el secretario general del PSE de Gipuzkoa, Iñaki Arriola, aseguró en su intervención que "la paz y la convivencia se van abriendo camino en Euskadi, pero que la sociedad vasca sigue esperando que aquellos que, cumpliendo con la Ley de Partidos, se han incorporado a las instituciones reconozcan el daño causado por ETA y pidan su disolución sin ningún tipo de contrapartida".
El dirigente socialista guipuzcoano se refirió también a la decisión de la Diputación de Gipuzkoa, gobernada por Bildu, de colocar una pancarta en la fachada del Palacio foral en apoyo a los presos de ETA. "Una vez más, los radicales aber-tzales arriman el ascua a su sardina actuando única y exclusivamente en su propio beneficio, satisfaciendo sus propios intereses e ignorando a todos aquellos que no comulguen con su pensamiento", manifestó Arriola, para quien "mientras no cambien esa actitud será muy difícil construir, desde unos cimientos sólidos, una sociedad sana, libre y en paz".
Por su parte, otra dirigente socialista, en este caso Idoia Mendia, portavoz de la Ejecutiva del PSE, aseguró ayer que "la disolución de ETA daría paso a que la situación penitenciaria de muchos presos mejorase sustancialmente". A su juicio, la decisión de la organización armada de cesar en su actividad violenta "se tomó de forma unilateral y unilateralmente tiene que decidir también disolverse".
La esquela de ETA En este contexto, el presidente del PP de Gipuzkoa, Borja Sémper, también se refirió ayer al futuro de la organización armada. Para quien está considerado como uno de los posibles sustitutos de Antonio Basagoiti al frente del PP de la CAV, "ETA debe aceptar la realidad de que está muerta y lo que falta es que ponga la esquela de defunción".
En declaraciones efectuadas a Europa Press, Sémper se refirió a las críticas lanzadas desde la izquierda abertzale a la actuación del Gobierno de Rajoy, la última de ellas por parte de Pernando Barrena, portavoz de Sortu, que denunció el "inmovilismo" del Ejecutivo español. "Se niegan a aceptar la realidad de su fin, están muertos pero no ponen la esquela de defunción y esto, al final, se concreta en que, tanto la izquierda abertzale como la propia ETA, están pidiendo a gritos algo de protagonismo en un momento en el que se les ha acabado el protagonismo", apuntó el dirigente popular, para quien "los mensajes de la izquierda abertzale son de consumo interno para dar algún tipo de extraño ánimo a sus militantes más radicales".