Gasteiz. La titular del área de Seguridad se ha enfrentado a temas de gran calado sin casi tiempo para asentarse en su nuevo puesto, y ello con el proceso de pacificación como una de las prioridades del Ejecutivo de Iñigo Urkullu, como se demostró en la primera reunión que el lehendakari mantuvo con el presidente español Mariano Rajoy.
Sus afirmaciones respecto a un pronto final de ETA, ¿obedecen a una percepción personal o se basan en hechos concretos?
Yo no he hablado de un pronto final, eso son interpretaciones. He dicho que estoy esperanzada con el final de ETA, que es diferente. No tengo datos para saber si va a ser hoy o mañana. Todos ansiamos que se produzca cuanto antes, pero no tengo datos para certificar cuándo va a ser ese final. Estoy esperanzada en que ese final llegue, porque es la misma esperanza que tiene toda la sociedad. Hemos visto una luz en el momento en que ETA anunció el cese de la violencia, llevamos un año y cuatro meses con esa luz alumbrándonos y queremos alcanzar el final de este túnel cuanto antes.
En este proceso, ¿a quién le corresponde dar pasos?
Hay una cuestión clara que también han puesto de manifiesto los propios verificadores que han estado estos días en Euskadi: ETA tiene que dar pasos, la sociedad está esperándolo. Por nuestra parte, desde luego, como gobierno y como partido, como PNV, se ha trabajado y se va a estar trabajando.
¿En qué sentido?
Baste recordar que impulsamos la proposición no de ley en el Parlamento instando a la finalización del alejamiento de los presos, hemos impulsado la creación de la ponencia de paz y convivencia, la propia Lehendakaritza ha creado la secretaría de paz y convivencia... Se están dando pasos, hay un trabajo silencioso, discreto, pero firme. El propio lehendakari trasladó una propuesta a Mariano Rajoy en la reunión que tuvo con él. Una propuesta muy pensada, respetuosa con las víctimas y valiente para conseguir esta ansiada paz.
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Ha pasado de ser una de las consejeras más desconocidas del Gobierno Vasco a una de las más activas en un tiempo récord. ¿Ha echado en falta los tradicionales cien días de gracia que suelen concederse al acceder a un nuevo cargo?
Efectivamente, he echado en falta esos cien días porque nada más llegar al departamento, la primera vez que metí la llave en la puerta, tenía enfrente las pancartas de los sindicatos quejándose por los errores en los pagos de las nóminas. A continuación, hemos estado muy ocupados y preocupados con el tema de emergencias, no nos ha dado tregua y hemos vivido una de las situaciones de crisis más largas. Nos hemos tenido que dedicar a fondo, pero hemos venido para responder a los problemas de forma inmediata, desde el mismo momento en que tomamos posesión del cargo.
¿Qué Ertzaintza se ha encontrado: mejor o peor de la que esperaba?
No venía con una idea preconcebida. Siempre que se emprende un trabajo nuevo hay que llegar con la mente abierta, únicamente he analizado qué es lo que tenemos, qué es lo que se ha hecho para, en su caso, evaluar las adecuaciones necesarias para responder a las nuevas necesidades que tiene la sociedad en materia de seguridad.
¿Tiene la sensación de que le ha tocado un 'marrón'?
No, para nada. Son responsabilidades de gobierno que asumimos en cada momento con entusiasmo y afán de poder ofrecer lo mejor de nuestro trabajo.
¿Cabe esperar cambios en la cadena de mando de la Ertzaintza?
Como ya anuncié en mi comparecencia parlamentaria a la hora de exponer las líneas de actuación del departamento, estamos inmersos en la elaboración del Plan Estratégico de la Ertzaintza-Horizonte 2016. Ese plan nace con tres impulsos: a la información-investigación, a la seguridad ciudadana y a un nuevo modelo de gestión. Estamos en un momento político y social nuevo, no hay que olvidar que la Ertzaintza lleva más de 30 años teniendo que responder a la actividad terrorista de ETA, lo que ha condicionado su propio desarrollo. Llevamos un año y cuatro meses desde que ETA anunciara el cese de la violencia, y este nuevo tiempo es una oportunidad para redefinir las estructuras de la Ertzaintza y trabajar por esa mayor proximidad.
¿Cuándo prevén concluir la elaboración de ese plan estratégico?
No sabemos cuál va a ser el plazo, desde luego prevemos que antes del primer semestre de este año. Sí es cierto que estamos trabajando en ello intensamente, nada más llegar empezamos con esta labor.
Ha afirmado que algunas divisiones desaparecerán. ¿Puede adelantar cuáles?
Es pronto para decirlo. Puedo adelantar que en este primer análisis hemos observado que hay un exceso de estructura administrativa, y una de las finalidades será establecer una estructura organizativa más horizontal. Todas las divisiones llevan aparejadas una estructura administrativa necesaria que ha crecido en demasía. Hay que reducir al máximo estas labores para que la Ertzaintza pueda incidir más en la prevención del delito y, en su caso, cuando se cometa, detener a los delincuentes.
El objetivo parece ser potenciar la División de Seguridad Ciudadana. ¿De dónde van a sacar los efectivos para nutrir a las patrullas?
Le vuelvo a remitir al Plan Estratégico Ertzaintza-Horizonte 2016. Es este plan y su resultado el que nos dirá cuál es la reorganización y la redistribución de efectivos necesaria para poder impulsar a las unidades de atención ciudadana.
En cualquier caso, ¿se verán afectados los agentes de Berrozi y la unidad de acompañamientos?
No descartamos absolutamente nada, y cuando hablo de que tiene que haber una reorganización, lógicamente habrá agentes que trasvasen de unas unidades a otras. Es decir, queremos que uno de los ejes de ese plan sea la flexibilidad para poder derivar a agentes a las unidades que tengamos que reforzar. Eso no quiere decir que, en este caso, las unidades de acompañamientos vayan a desaparecer.
¿Qué va a suceder en Gipuzkoa, con el déficit de agentes que sufre el territorio?
Es una de las cuestiones que nos preocupa. Nuestro objetivo es buscar la máxima eficacia en la Ertzaintza, lo que se traduce en una mayor prevención del delito y, en su caso, en su persecución cuando se cometa. El plan estratégico nos va a servir para reorganizar la propia estructura de la Ertzaintza, es decir, qué efectivos tenemos que mandar a qué unidades o comisarías, o para redistribuir los tres territorios buscando la máxima eficacia en todos los puntos de Euskadi.
¿Han tomado alguna decisión con respecto al futuro de la Brigada de Refuerzo?
Ya le he dicho que no hay ninguna decisión. No hemos venido con prejuicios. De ese análisis de la estructura de la Ertzaintza, de las necesidades actuales de la sociedad y de cómo responder mejor a las mismas es de donde va a surgir este plan en el que determinaremos las acciones concretas para alcanzar el objetivo de la eficacia y eficiencia en todos los puntos de Euskadi.
¿Cuál es el modelo de seguridad que defiende?
Nuestro objetivo es ofrecer una seguridad de calidad y que la ciudadanía se sienta segura. Porque tan importante como ofrecer seguridad es la percepción de seguridad que tiene el ciudadano, que a veces no se corresponden. Vemos un ligero repunte en los datos de delitos, incluso estamos muy por debajo de la media del Estado. Sin embargo, el ciudadano tiene la sensación de que vive en una sociedad más insegura. Entonces, queremos que las personas nos hagan llegar su percepción porque también tenemos que resolver eso. Hay que trabajar en esa doble dirección, ellos nos tienen que hacer la demanda pero nosotros también tenemos que hacerles llegar que estamos ahí.
¿Qué cauces de comunicación se pueden establecer para ello?
Ya estamos trabajando en la coordinación entre policías locales y con las policías locales, también con los municipios. Por otra parte, creo que las comisarías tienen que ser casi oficinas ciudadanas donde el ciudadano se acerque y exponga sus preocupaciones, y el propio agente que esté en la calle tiene que acercarse a la persona para preguntarle y ofrecerse. Los cauces de comunicación son muchos.
¿Qué le parece que se tengan que pagar determinados viajes de los ertzainas a su puesto de trabajo?
Los acuerdos que se alcanzaron entre algunos sindicatos y la dirección eran para los ejercicios 2011, 2012 y 2013. Nos va a tocar acordar nuevas condiciones adaptándonos a la actual situación de crisis económica, que a nadie se le escapa. La Ertzaintza no es ajena a lo que pasa en la sociedad y hay unas condiciones sociales y económicas diferentes. Creo que podremos llegar a acuerdos adaptados a la situación económica que vivimos.
¿Hay una fecha establecida para la reunión de la Junta de Seguridad?
No, tengo una reunión el 6 de marzo con el ministro de Interior y allí le quiero solicitar que convoque la Junta de Seguridad, que es donde tendremos que abordar cuál es el mapa de seguridad de Euskadi y las actuaciones y desarrollos policiales que tenemos que llevar a cabo.
Carlos Urquijo se ha mostrado contrario a cualquier tipo de repliegue de las FSE en la CAV. ¿Qué espera de dicha reunión de la Junta?
Dentro del marco de colaboración, y una vez examinado el mapa de seguridad de Euskadi, espero que readaptemos las Fuerzas de Seguridad a la situación social, política y económica actual. La Ertzaintza nació con una vocación de policía integral y es una de las cuestiones que también voy a plantear, el desarrollo de todas sus competencias.
Aquí se incluye la cuestión transfronteriza, ¿verdad?
Sí, desarrollar todas las competencias supone estar en el espacio europeo de seguridad y en todos los foros de discusión en esta materia.
¿Tienen previsto convocar una nueva OPE de acceso a la Ertzaintza?
Es cierto que hay que tener en cuenta la necesaria renovación generacional, la pirámide de edad de la Ertzaintza es la que es. Y una vez que tengamos bien dibujado el mapa de seguridad de Euskadi, tendremos que definir el número de efectivos. No renuncio, por supuesto, a convocar nuevas promociones, pero está claro que este año no va a ser porque se tendría que haber puesto en marcha anteriormente.
Entre los agentes están muy extendidas las quejas por la escasez y el mal estado del material. ¿Han dado con una solución a esta situación?
Esa es una de las cuestiones que también hay que atender, que tengan material adecuado para poder ejercer sus labores lo mejor posible.