Bilbao. El PNV tendrá nuevo presidente apenas un mes después de que Iñigo Urkullu renunciara a su puesto para no incurrir en ninguna incompatibilidad tras jurar su cargo de lehendakari. Una vez asumida la vía abreviada, por la que el partido escogerá a un sucesor de entre los burukides actuales del EBB, y no a través del dilatado proceso de contraste con las bases en doble vuelta y de 45 días de duración, la Asamblea Nacional prevista para el día 12 de enero únicamente tendrá que someter a votación las propuestas que se presenten y elegir de entre todas ellas al candidato más votado, que se convertirá sin más preámbulos en el nuevo máximo dirigente de la formación. Todo apunta a que el líder del Bizkai Buru Batzar, Andoni Ortuzar, tomará el testigo de Urkullu en una votación en la que no se presentarán más propuestas, aunque previsiblemente no habrá que esperar hasta el día 12 para conocer la respuesta. En este sentido, las asambleas territoriales del PNV se reunirán en las próximas jornadas para dar cuenta de la decisión de asumir el proceso abreviado, y será en esos encuentros donde podrá pulsarse el sentir de la formación en cada uno de los herrialdes y vislumbrar si habrá unanimidad en torno a un candidato, o bien se presentarán otras propuestas. En cualquier caso, que los jeltzales hayan optado por el proceso abreviado da una medida de la armonía que imperaría en Sabin Etxea, ya que la decisión de nombrar a un sucesor de entre los burukides restantes hubiera sido una empresa de incierto resultado en una formación dividida. Ese procedimiento abreviado solo sería recomendable en los supuestos en los que estuviera garantizada cierta convergencia de criterios. El método, por otra parte, está previsto en los reglamentos de la formación desde 1995.

Tal y como avanzó este periódico, el EBB reunido ayer en Sabin Etxea fue el encargado de fijar la fecha para la Asamblea Nacional. En la reunión de la Ejecutiva, que se prolongó desde las 10.30 hasta las 15.30 horas, se abordaron también otros asuntos, ya que los jeltzales valoraron la composición del Gobierno vasco y la decisión de adelantar la paga extra de junio a enero. El lehendakari Iñigo Urkullu estuvo presente en el encuentro, y participó de las reflexiones. En cuanto a la asamblea del sábado día 12, el encuentro podría celebrarse por la mañana en Sabin Etxea y se saldará con la designación del nuevo presidente, quien podría comparecer brevemente ante los medios de comunicación, o bien convocar una rueda de prensa más formal tras la primera reunión del EBB bajo su mandato.

Hasta ese momento, entre la Asamblea Nacional que optó el jueves por el procedimiento abreviado y la que tendrá lugar en enero, las asambleas de los cinco territorios prepararán el cónclave y debatirán los aspectos relacionados con la designación del nuevo dirigente jeltzale. La de Bizkaia se celebrará el día 10, mientras las fechas de los restantes encuentros aún no han trascendido, aunque no se espera que se alejen demasiado de esa jornada.

Cambios en el BBB Si finalmente fuera Andoni Ortuzar quien ocupara la presidencia del Euzkadi Buru Batzar, se da por hecho que el partido abriría un nuevo proceso interno para buscarle un sustituto al frente de la Ejecutiva vizcaina, aunque ambos puestos no sean estatutariamente incompatibles. Ese eventual proceso de sustitución sería más largo, ya que podrían producirse más bajas en el Bizkai Buru Batzar al margen de la del propio Ortuzar.

De hecho, Gotzon Lobera y Aran-tza Aurrekoetxea deberán dejar la Ejecutiva del territorio para incorporarse al Gobierno de Iñigo Urkullu. Por todo ello, lo más probable pasa por que el partido asuma en ese caso el procedimiento ordinario, y por que el eventual sucesor del líder del BBB sea fruto de acuerdos entre las principales familias de la afiliación en Bizkaia, al igual que sucedió con la proclamación del propio Ortuzar. Esa reflexión, no obstante, se encuentra en barbecho, puesto que ni siquiera se ha decidido aún quién presidirá el Euzkadi Buru Batzar.

Por otra parte, si Ortuzar fuera designado presidente del EBB, su relevo pasaría a engrosar automáticamente las filas de la Ejecutiva nacional. Teniendo en cuenta que la partida de Iñigo Urkullu para ejercer de lehendakari había dejado al Euzkadi Buru Batzar con un miembro menos, esa incorporación completaría el puzzle y zanjaría los cambios en la Ejecutiva.