MADRID. Rajoy se convirtió en el sexto presidente del Gobierno de la democracia al jurar su cargo ante el rey en el Palacio de la Zarzuela el 21 de diciembre de 2011.

Ese mismo día hizo pública la lista de sus ministros y, a la jornada siguiente, reunió por vez primera a su Gobierno, al que ha citado también hoy en el Palacio de la Moncloa en el penúltimo Consejo del año.

El balance de su gestión lo realizará el día 28 de diciembre en una conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros que presidirá esa jornada.

El Ejecutivo ha llevado a cabo una serie de reformas en diversos ámbitos para hacer frente a la crisis y ha hecho referencia en numerosas ocasiones a la herencia recibida para justificar algunas de las medidas más duras y que han comportado sacrificios.

El propio Rajoy ha reconocido que determinadas decisiones no le ha gustado adoptarlas ni a él mismo, pero ha reiterado que no había alternativa posible ante el objetivo de reducir el déficit y lograr el crecimiento económico y la creación de empleo.

Por contra, la oposición, con el PSOE a la cabeza, ha acusado al Gobierno de estar destruyendo el Estado de Bienestar, un argumento que será el hilo conductor del medio centenar de ruedas de prensa que ha convocado hoy en toda España para hacer balance de la gestión del Ejecutivo.

Los socialistas han justificado las protestas sociales que han conllevado algunas de sus decisiones, medidas que han provocado igualmente que los sindicatos convocasen en este periodo dos huelgas generales.

La reforma laboral y la del sistema financiero son dos de las iniciativas que el Gobierno destaca a la hora de hacer balance del año y como motor de una futura recuperación que sitúa en el año 2014.

No obstante, tiene la confianza de que a finales de 2013 ya comenzarán a notarse claramente los efectos de todas las medidas que ha ido adoptando.

En medio del debate económico ha surgido el de la apuesta soberanista de Artur Mas, que, tras la manifestación con motivo de la Diada el 11 de septiembre, le llevó a adelantar las elecciones con el objetivo de lograr un amplio respaldo en las urnas a su hoja de ruta para que los catalanes decidan sobre su futuro en una consulta.

El resultado no fue el que esperaba e, incluso, perdió escaños en el Parlament, por lo que ha tenido que pactar su reelección con ERC, una fuerza política con la que se ha comprometido a que la consulta a los catalanes se celebre en 2014.