Se avecina un invierno caliente en la escena política vasca. Euskadi ya tiene un nuevo liderazgo marcado por la vuelta del PNV al poder. Pero Iñigo Urkullu no tendrá tiempo de dormirse en los laureles, ya que el calendario, trepidante hasta marzo, dibujará el nuevo marco en el que tendrá que desarrollar su labor tejiendo unos consensos que también dependerán en gran medida del resultado de este intenso periodo.
El nuevo lehendakari encontrará esperándole en la Cámara cuestiones como la reforma fiscal, el diseño de planes para impulsar la reactivación económica y voltear la deriva del paro, la forja de la paz y la convivencia, el diseño del marco de autogobierno del futuro,... Y pronto se pondrá con ellas. Mañana tomará el bastón de mando bajo el árbol de Gernika y, previsiblemente, nombrará a sus consejeros, que el lunes jurarán sus cargos y el martes celebrarán su primer Consejo de Gobierno.
autogobierno
Los pulsos con Madrid
Listos ya para trabajar, y a la espera de que la Cámara vaya trenzando los acuerdos y desacuerdos que están llamados a desembocar en la aprobación de un nuevo marco de autogobierno, los miembros del Ejecutivo jeltzale tendrán sus primeras batallas en defensa del marco vasco en el Tribunal Constitucional, donde encontrarán varios incendios prendidos por la confrontación que han mantenido Patxi López y Mariano Rajoy desde la llegada de éste a La Moncloa. El último ha sido el que se deriva del abono de la paga extra a los funcionarios vascos -con el que el PNV se ha mostrado de acuerdo-. Pero tras él se esconden otros conflictos competenciales larvados por lo que el Gobierno Vasco ha venido denunciando como "injerencias recentralizadoras". El Gabinete López decidió en mayo interponer sendos recursos de inconstitucionalidad frente a los recortes que el Gabinete popular trata de imponer en Educación y Sanidad, y poco después recurrió también la ley de Presupuestos Generales del Estado en todo aquello que afectara a las políticas de personal.
Además, mientras busca apoyos para aprobar los Presupuestos de la CAV para el año que viene, Urkullu deberá afrontar un nuevo pulso por el pago del Cupo vasco. Tras la reciente reunión del Consejo Vasco de Finanzas, las autoridades vascas advirtieron a Madrid de que sus exigencias económicas están "fuera de la realidad", por lo que la negociación del ajuste -que se realiza en mayo, septiembre y diciembre- se espera trabada; más cuando el popular Antonio Basagoiti ya presiona al nuevo lehendakari advirtiéndole de que, si sigue la estela soberanista, "se olvide" incluso de hablar con Rajoy sobre este tema.
congresos
PNV, PSE y Sortu, a debate
Pero estos meses también estarán marcados por la intensa actividad interna que afrontarán muchos partidos, de cuyo desenlace dependerán en buena medida las posturas que estos mantengan ante los diferentes debates que están por venir.
Tras su legalización, Sortu está inmerso en su proceso constituyente; el que le devolverá íntegramente a la vida política como partido enmarcado en la coalición EH Bildu y hará oficial su nueva estrategia. Arrancó el pasado 24 de noviembre debatiendo en torno a las bases ideológicas, mañana abordará el dibujo de su línea política, y concluirá el 23 de febrero con su renacimiento definitivo.
Por su parte, la elección de Urkullu como lehendakari abre el debate interno hacia su sucesión al frente del EBB del PNV, un camino que en Sabin Etxea calculan podría concluir a finales de enero o principios de febrero. El principal candidato a tomar el relevo parece el presidente del aparato vizcaíno, Andoni Ortuzar, aunque son las bases del partido las encargadas de proponer un aspirante. Será el EBB el que tenga que activar el proceso, convocando a la Asamblea Nacional para que fije un calendario, aunque todavía no se ha cerrado la fecha de la próxima reunión de la ejecutiva -habitualmente los lunes-.
Pero la cita que se antoja más determinante es la que vivirá el partido socialista en los primeros compases de 2013. Mejor dicho, las que vivirá, porque los congresos territoriales -especialmente el alavés- se antojan intensos. Consciente de que su partido se está quedando "viejo", alejado de la gente y desgastado por su paso por el poder y los sucesivos varapalos electorales, López buscará los días 9 y 10 de febrero fijar nuevas prioridades y "definir y concretar el proyecto político" pasándolo por una "profunda renovación", que habrá que ver a qué costas le lleva a nivel programático ya que, a nivel de dirigentes, López ya advirtió de que no apuesta demasiado por las caras nuevas. Pero, superada la cita general, llegarán los congresos territoriales, cuya celebración está prevista a lo largo de las dos siguientes semanas. Y con Bizkaia en calma, y a la espera de ver cómo digiere Gipuzkoa el paso atrás dado por pesos pesados como Jesús Eguiguren o Gemma Zabaleta, Álava se presenta como la madre de las batallas, ya que los renovadores medirán aquí sus fuerzas con el proyecto continuista que abandera Txarli Prieto. El choque está más que enconado. Los primeros acusan al actual líder del PSE alavés de haberse cerrado a todas sus aportaciones, y éste llegó a tachar la última de "ajena" al partido, dando cuenta así del calibre de la brecha, del tono del enfrentamiento que se espera, y de las diferencias de actuación que podrían emanar de este congreso.
De este modo, marzo llegará con una Sortu articulada, un PSE remozado, un PNV con un nuevo patrón y un Gobierno Vasco trabajando a pleno pulmón. Un escenario que definirá las nuevas claves con las que los representantes de la ciudadanía vasca harán frente a los grandes desafíos que le presenta este nuevo tiempo que será la era Urkullu.