Una tras otra, las encuestas desnudan sin dejar lugar a la duda la creciente desafección que sienten la mayoría de los ciudadanos hacia la administración y sus gestores; una clase política que se percibe como una casta ajena a la realidad social, e incluso como un problema.

Todas las alternativas parecen pasar por abrir puertas a la participación ciudadana para hacer que ésta no se limite a dejar una papeleta de cuando en cuando en una urna apostando por unas siglas que, además, no siempre cumplen lo que prometieron para conseguir ese apoyo.

Irekia representa un paso en esta dirección, pero no es el único que han dado las instituciones vascas en los últimos años. En noviembre de 2011 se presentó en el Parlamento como proyecto integrado en el proceso de comunicación y participación ciudadana la plataforma ADI (Aporta, Debate e Influye). Y ya desde tiempos de Juan José Ibarretxe se activaron otras iniciativas similares como Zabalik y Parte Hartu -con las que los ciudadanos podían ponerse en contacto con los grupos parlamentarios-, o como Konpondu -que permitía hacer aportaciones de cara a la solución del conflicto vasco-.

Ahora, ante este reto, el PNV explicaba para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que su apuesta desde el Ejecutivo será promover la aprobación de la Ley de Participación Ciudadana que los jeltzales llevaban en su programa electoral siguiendo el camino que ya desbrozó en Gipuzkoa Markel Olano.

Ésta pretende regular las materias sobre las que la ciudadanía vasca "tiene derecho a ser consultada", y el tipo de procedimientos que deben emplearse para hacerlo en cada caso. En este sentido, para impulsar esta vía, plantea reducir a la mitad las 30.000 firmas que hoy en día se necesitan para activar una iniciativa legislativa popular.

cauces directos Y es que de lo que se trata, dicen algunos, es de no repetir el modelo sino buscar cauces más directos de participación ciudadana que no tengan necesariamente que pasar por el uso de un teclado de ordenador.

Una de las demandas del Movimiento 15-M que sacude la conciencia social desde hace año y medio va en este sentido. Así, su expresión en Álava, Acampada Gasteiz, plantea como primero de sus puntos básicos acometer una "reforma electoral encaminada a una democracia más representativa y de proporcionalidad real" que tenga "el objetivo adicional de desarrollar mecanismos efectivos de participación ciudadana". "La mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser llevar nuestra voz a las instituciones facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos", coinciden en apuntar otros colectivos como Democracia real ya!.