Bilbao. El PSE comienza a ejercer de formación opositora pese a que formalmente continúa al frente de Ajuria Enea. Por ese motivo, ha empezado a posicionarse en el espacio a cuatro en el que se ha convertido a grandes rasgos el Parlamento Vasco. El último exponente de esta asunción de los nuevos roles tuvo lugar ayer cuando el líder del PSE, Patxi López, en un discurso ante sus correligionarios y en clave interna, reivindicó "el proyecto de izquierdas, sin extremismos pero sin complejos" de los socialistas vascos de cara al debate que deberán abrir para su congreso de febrero. López realizó esta manifestación después de que, pocas horas antes, el secretario de coordinación de áreas de la Ejecutiva socialista, Mikel Torres, augurara acuerdos con EH Bildu en el Parlamento Vasco, como ya se está haciendo en algunos municipios. El también alcalde de Portugalete incidió precisamente en que ambas formaciones tienen "muchísimos puntos de unión" en lo referido a las políticas de izquierdas.

A pocos días de que se produzca el relevo en Ajuria Enea tras la más que segura investidura como lehendakari de Iñigo Urkullu, Torres dejó abierta la puerta a los acuerdos con la izquierda abertzale en la Cámara vasca, al igual que se "está viendo" en algunos ayuntamientos. "Y lo veremos también en el Parlamento vasco", adelantó durante una entrevista a Radio Euskadi.

Respecto a la posibilidad de que el PSE acabe votando la investidura de Urkullu, el miembro de la Ejecutiva socialista señaló que la decisión está en manos del PNV, ya que la formación jeltzale aún no ha respondido al documento que los socialistas entregaron en Sabin Etxea durante la ronda de contactos que se estableció tras las elecciones de octubre.

El Congreso, 9 y 10 de febrero Este asunto y cualquier otro relacionado con la actualidad estuvieron ausentes del discurso con que López abrió el Comité Nacional extraordinario del PSE reunido en Bilbao, en el que anunció su propuesta de que el congreso de la formación se celebre los próximos días 9 y 10 de febrero. Volcado en la renovación de la formación socialista después de los malos resultados en las elecciones de octubre -en las que el PSE se dejó por el camino nueve escaños, se quedó con 16 y se convirtió en la tercera fuerza de la Cámara vasca por detrás de EH Bildu-, el responsable socialista marcó ayer las líneas maestras que deberán guiar el congreso, en el que aspirará a la reelección, como ya anunció en octubre.

El proyecto que salga de dicho cónclave no será "de conyuntura o una adecuación temporal", aseveró el secretario general del PSE. "Se trata de revisar profundamente nuestros objetivos, de reivindicar nuestros valores más seguros e intentar plnatear un proyecto socialista capaz de dar respuesta a los nuevos retos", resumió.

De cara al congreso de los socalistas vascos, anunció que la "prioridad" es la "política", o lo que es lo mismo, definir el proyecto de los socialistas. "Después vendrá cómo manejamos el instrumento, nuestro partido, cómo lo hacemos más útil, más abierto, más participativo, más permeable y más cercano. Y por último será cuando nos toque hablar de las personas", zanjó.

¿Renovar personas? Lo cierto es que ayer habló de prioridades políticas e incluso de cómo renovar el partido, pero no dijo una palabra del cambio de caras en el PSE, pese a que las aguas bajan revueltas en la agrupación guipouzcoana y, especialmente, en la alavesa, donde el denominado sector crítico está dispuesto a disputar la primacía al actual secretario general, Txarli Prieto. A ellos parece destinado este mensaje de López: "No nos enredemos en cuestiones que solo nos interesan a nosotros mismos".

En su discurso, el secretario general del PSE planteó que, "ante el nuevo tiempo que se caracteriza por diferentes crisis que se superponen, como la económica, la social, la política o la de valores", el socialismo debe conviertir dicho tiempo "en una oportunidad para cambiar el rumbo y hacer frente a todas esas cuestiones desde planteamientos de izquierdas". "Somos un partido de izquierdas y nuestro proyecto es de izquierdas, sin extremismos pero sin complejos. Porque la derecha y la ideología neoliberal ya sabemos qué nos está trayendo, y enfrente debe tener nuestra respuesta clara, nítida y contundente", reclamó.

modelo territorial Una de las crisis que el PSE se propone abordar, según adelantó López, es la que hace referencia al modelo territorial, en estos días en boca de todos después de los últimos acontecimiento en Catalunya. Sin aportar novedades, el líder socialista volvió a defender el modelo federal y censuró a los nacionalistas por hablar, según dijo, de "cómo acaparar el poder", mientras que los socialistas hablan de "cómo garantizar la libertad de la ciudadanía". "Ellos hablan de utilizar el poder para modificar comportamientos sociales, para fomentar una única identidad. Nosotros de fomentar la tolerancia hacia el otro y de garantizar la libre identidad de cada ciudadano y ciudadana", insistió Patxi López. Eso sí, no dejó pasar la oportunidad para asegurar que los movimientos nacionalistas en el mundo desarrollado "están agotando su recorrido y cada vez tienen menos sentido y menos cabida".

Después de tres años y medio al frente del Gobierno vasco, López volvió a enarbolar la bandera de la reforma de la Ley de Territorios Históricos, de la que los nacionalistas "no quieren ni hablar", precisó. En este sentido adelantó su intención de llevar este asunto al Parlamento vasco en breve.

Respecto al futuro del partido, el secretario general del PSE apuntó algunas iniciativas que planteará con vistas al congreso de febrero, como que haya una "asignación de responsabilidades que no sea acumulativa", lo que impediría que los cargos ocupen dos puestos o habilitar un método para que gente no afiliada pueda participar en la "toma de decisión" del proyecto político socialista.