vitoria. La izquierda abertzale acelera paso a paso su avance firme hacia el reconocimiento real del dolor causado por la violencia. También por la que ejerció ETA -como dicen específicamente los estatutos de Sortu- e incluso, ya sin ambaje alguno, el que han sufrido los cuerpos policiales que el MLNV consideró hasta el inicio de esta nueva fase una parte sustancial del engranaje represivo del Estado.
La ocasión para este nuevo paso la propició el aniversario de la muerte de dos ertzainas, Ana Isabel Arostegi y Javier Mijangos, asesinados por ETA en 2001 mientras regulaban el tráfico en una rotonda de la localidad guipuzcoana de Beasain.
El Consistorio, gobernado por Bildu, abordó el miércoles una moción presentada por PNV y PSE que abogaba por construir una memoria que ponga "nombres y fechas allí donde la violencia puso excusas y justificaciones imposibles". Y la coalición soberanista la suscribió palabra por palabra pese a no haber participado en su elaboración.
La izquierda abertzale "hace suya" y "aplaude" esta postura. "Pensamos que avanza en la dirección correcta, en el reconocimiento y en el intento de reparar la memoria de todas las víctimas", certificó ayer el exdirigente de Batasuna Pernando Barrena, que lejos de poner ningún pero, se declaró "plenamente satisfecho" confirmando un nuevo paso que sigue dotando de contenido el viraje del transatlántico rumbo a sumarse a la consolidación de una sociedad reconciliada y en paz.
"la línea que queremos impulsar" Este tipo de gestos, dijo Barrena, coinciden "con la línea de trabajo" que busca seguir la izquierda aber-tzale en este nuevo tiempo. "Serán otros" -se permitió dejar caer en forma de recado a sus compañeros de viaje en el reconocimiento de todas las víctimas- los que tendrán que explicar por qué "el dolor y sufrimiento de un color si es aceptable y el de otro no", dijo por quienes aún recelan de considerar víctimas a las sufridas por el entorno del MLNV. Y EH Bildu, a través de una nota, secundaría después este nuevo gesto, que se suma al que ya realizara esta misma semana el propio Barrena en el homenaje a Ernst Lluch, cuyo asesinato, según aseguró, le "revolvió" humana y políticamente.
Con esta retejida unidad de criterio, las fuerzas presentes en el ayuntamiento guipuzcoano celebraron finalmente la ofrenda floral en memoria de las víctimas. Pero no fue la única. Antes, por la mañana, el sindicato de la Ertzaintza ErNE, ya había protagonizado otra, en la misma rotonda donde cayeron abatidos sus dos compañeros, que hicieron extensiva a los 38 agentes asesinados por ETA. "Queremos pasar página al sufrimiento, pero bajo ningún concepto olvidar", subrayaron. Y, en este sentido, reclamaron a la clase política que no se repitan los homenajes divididos -como el que se reprodujo el pasado Día de la Memoria- y ayuden a cimentar al fin la ansiada unidad.