Barcelona. El presiente catalán y candidato de CiU a la reelección, Artur Mas, pidió ayer explicaciones al Gobierno de por qué no ha aportado ninguna información sobre el supuesto informe policial que le vincula con un caso de corrupción, mientras que Mariano Rajoy ve "una falsedad" que Mas diga que el Estado intenta destruirlo.
La undécima jornada electoral en Cataluña volvió a estar marcada por las informaciones que vinculan a dirigentes de CDC con casos corrupción, después de que El Mundo publicara que el conseller de Interior, Felip Puig, recibió 250.000 euros del Palau de la Música cuando era titular del departamento de Obras Públicas entre 1995 y 1997, y que mandos de los Mossos "destruyeron pruebas y ocultaron otras al juez".
A primera hora de la mañana, Mas y el expresidente catalán Jordi Pujol presentaron sendas querellas en el juzgado de guardia de Barcelona contra el diario que dirige Pedro J Ramírez por un delito de "injurias" y "calumnias" por informaciones anteriores que, a su juicio, son "falsas" y que les vinculan a cuentas en el extranjero. Las querellas defienden que lo publicado "no sólo es mentira sino que pretende lesionar gravemente el honor del presidente Artur Mas y del expresidente Jordi Pujol con la intención clara de perjudicar todo aquello que representan, en un contexto electoral".
Por su parte, el conseller Felip Puig anunció que tanto él, a título personal, como el Gobierno de la Generalitat presentarán otras dos querellas también por "injurias y calumnias".
Respuesta En este contexto, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, afirmó que la obligación de la Agencia Tributaria es investigar cuándo hay indicios de tenencia de cuentas no declaradas a la hacienda pública. Por su parte, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que cree que apostar por la independencia es "jugar a la ruleta rusa", ha rechazado que se hagan las filtraciones porque "hacen daño a las instituciones" y afirmó que cuando éstas han perjudicado al PP, "por ejemplo en el caso Gürtel, no acusamos a España de haberlo hecho".
En todo caso, Mariano Rajoy, aseguró que es "una falsedad" que el Estado esté intentando destruir al presidente catalán y avisó de que "si alguien tiene un problema no debe intentar trasladárselo a otro".