Periodista a la vez que político, político al tiempo que periodista, Koldo Mediavilla acaba de salir del armario del trabajo interno en el PNV para enfrentarse a los micrófonos. Él fue quien anunció el pasado lunes en la sala de prensa de Sabin Etxea la decisión de los jeltzales de asumir en solitario el Gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca. En los salones de sus casas, muchos se preguntaron quién era aquel hombre, ataviado con traje claro, corbata roja y un pin de la ikurriña en la solapa, que hacía aquella importante declaración. Quizá no lo supieran, pero quien informó de la decisión del PNV en su calidad de portavoz de la comisión negociadora que se había reunido con el resto de partidos en búsqueda de fórmulas para la gobernabilidad de Euskadi cuenta con una extensa trayectoria política en la intelligentsia de la formación jeltzale, ligada durante más de veinte años a la Diputación Foral de Bizkaia y más recientemente a las Juntas Generales de Bizkaia, en donde es vicepresidente primero, y al Euzkadi Buru Batzar, del que forma parte desde su renovación a principios de este año.
Es, precisamente, esta circunstancia la que le ha dado una proyección pública que nunca ha querido tener, a tenor de lo que afirma su entorno. Siempre ha estado a gusto en la sombra. Pero su designación el pasado enero como responsable del Área Institucional del EBB le ha colocado en un lugar relevante dentro del partido. El cargo, de nueva creación dentro del organigrama jeltzale, tiene la importante labor de coordinar la labor de los representantes del PNV en las diferentes instituciones. Esta tarea, que desempeñaban con anterioridad desde la secretaría del EBB, se ha hecho cada vez más compleja. Siendo gobierno en algunas instituciones y oposición en otras, el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, valoró la necesidad de "hilar muy fino" para que los diferentes grupos parlamentarios y junteros del partido no caigan en contradicciones. Es en este punto donde la larga experiencia de dos décadas de Mediavilla como muñidor de acuerdos desde la Diputación de Bizkaia ha propulsado al jeltzale a un puesto clave en el EBB en esta etapa.
la pasión de escribir La de Koldo Mediavilla (Bilbao, 1961) es una vida marcada por sus dos grandes pasiones, si bien antes de convertirse en periodista ya era un miembro activo de EGI, las juventudes del PNV. Pertenece a una familia numerosa que crió a sus cuatro vástagos en la localidad vizcaína de Basauri. "Ascendencia castellana y vasca. Mediavilla y Amarika. Con idioma vehicular español, eta, noizean behin, euskera ere erabiltzen dut. He tenido abuelo/a y aitite-amama. Vivo en Euskadi y veraneo en España. Me gusta el marmitako y el jamón de Guijuelo". Así se retrataba en un artículo el propio Mediavilla.
Su padre se vino desde Palacios de la Sierra (Burgos), como otros tantos miles, en busca de una vida mejor. Aquí encontró a una galdakoztarra euskaldun con la que formó una familia. Los tres chicos Mediavilla y la pequeña, por edad a distancia de sus hermanos, eran conocidos por los "Villa y media". Todavía algunos recuerdan su paso por los Alderdi Eguna, la fiesta del PNV, desde 1977, donde los hermanos, muy seguidos, solían montar el taco. Donato Mediavilla, que se ganaba la vida de repartidor de Bitter Cinzano, muchas veces acompañado, por su hijo Koldo, dio estudios a todos sus vástagos.
Tras estudiar en Leioa, empezó dando sus primeros pasos profesionales en Deia, donde escribía la crítica de televisión. Destacaba ya por escribir rápido y bien. "Su pasión es escribir; lo hace con la misma facilidad con la que habla, a una velocidad meteórica. Lleva el periodismo en la sangre", dice de él un amigo y compañero de partido durante muchos años. Lo mismo diseccionaba el fenómeno de la cultura basura de la televisión que se arrancaba a componer poemas en la contraportada de la revista Gudari, de EGI. De su "sentido del humor ácido, disolvente incluso" da fe aquella gamba que metió a propósito en unas de sus columnas de televisión, emulando a uno de los personajes de la mítica serie sobre periodistas, Lou Grant, para comprobar si alguien le leía. Y sí, le leían, incluido el por entonces director de Deia, Félix García Olano, que estuvo a punto de ponerle de patitas en la calle por tamaña osadía.
a la diputación En la revista Euzkadi, donde entró como redactor y llegó a dirigir, estuvo estrechamente ligado a Jesús Insausti Uzturre, de quien asimiló el abecé de un periodista de raza. Otro de sus maestros, a la vez que íntimo amigo, fue Juan Carlos Urrutxurtu, quien le fichó en 1989 para trabajar en el departamento de prensa de la Diputación vizcaína, por aquel tiempo presidida por José Alberto Pradera. Con el tiempo se convirtió en director de Comunicación del ente foral. En 2003, José Luis Bilbao -que desde principios de los ochenta había tenido responsabilidades en el ente foral, primero como director y más tarde como diputado foral- fue elegido diputado general y nombró a Mediavilla secretario general de la Presidencia, un cargo ya plenamente político que le permitía participar en el Consejo de Diputados con voz pero sin voto, lo que le convirtió en mano derecha de Bilbao. Durante esos 21 años de vinculación a la Diputación han pasado diputados generales, diputados forales y otros cargos, e incluso tuvo que jubilarse en 2005 el anterior Árbol de Gernika, pero en las fotografías oficiales de cada toma de posesión siempre aparecían Bilbao y Mediavilla, los únicos que no cambiaban.
Esos años de trabajo diario han forjado una amistad que ha encontrado otra afinidad en la pesca. Mediavilla y Bilbao se escabullen todos los veranos a pescar truchas, cangrejos y lo que sea a los parajes de Palacios de la Sierra, donde, dicen sus allegados, son ilocalizables. Los fines de semana también aprovecha Mediavilla para escaparse a una casa familiar en Espejo donde trabaja la huerta y, cómo no, se dedica a pescar. Y a las setas, otra gran pasión.
Desde una posición en la que se suelen generar con facilidad filias y fobias, un periodista con el que ha tratado en la sala de prensa de la Diputación le describe como una persona "de la que te puedes fiar. Está claro que piensa mucho, que tiene la cabeza bien amueblada, y que ve más allá del aquí te pillo aquí te mato". Una visión "a largo plazo" que le convierte en un contendiente a temer, tanto en lo ideológico como en lo dialéctico. "Pese a su aspecto amable, sabe dar un golpe en la mesa cuando es necesario", resume el periodista. No cabe duda de que también despliega este fuerte carácter entre sus compañeros de partido. "Nunca se calla lo que piensa, a veces hasta con demasiada crudeza; pero no se queda ahí, siempre busca soluciones".
Mediavilla también ha sido consejero de EITB, presidente del Consejo Asesor de RTVE en el País Vasco y codirector de la revista Hermes, pero durante mucho tiempo un seudónimo guardó a salvo sus informaciones y reflexiones acerca de ETA, el MLNV y la izquierda abertzale. El asesinato de Joseba Goikoetxea activó los artículos semanales durante los años noventa de J. Txindoki en Deia, que componían al alimón Mediavilla y el fallecido Gorka Agirre, y en los que dieron testimonio de la sinrazón terrorista.
Algunos han resaltado la coincidencia generacional de algunos dirigentes jelkides, como Urkullu, Bilbao, Andoni Ortuzar, Joseba Aurrekoetxea y el propio Mediavilla -todos ellos vizcaínos y rondando la cincuentena-, pero lo cierto es que su cuadrilla de siempre en Basauri y las amistades creadas en Algorta, donde reside y de donde es su mujer, son las que le rodean. Hombre muy familiar, su hija ha heredado su pasión por el periodismo.
Pese a su llegada a la primera plana de la política, este todeterreno de la palabra y "espléndido comunicador", a decir de los que le conocen, "no tiene demasiada aspiración a nada", resume un compañero de partido. "Cuando salió de la Diputación, habría vuelto al periodismo si hubiera tenido la posibilidad. Pero, en estas, Urkullu le llamó". Y ahí está, en los focos, esos que tan poco le gustan.
Una sombra bajo los focos
Tras una larga trayectoria en la 'cocina' del PNV, Koldo Mediavilla se ha destapado como portavoz de los negociadores del EBB con los partidos
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Su labor como muñidor de acuerdos desde la Diputación de Bizkaia le ha propulsado al Área Institucional del EBB