vitoria. Mari Mar Blanco dijo ayer sentirse "orgullosa" y honrada por que sus compañeros de partido se hayan ofrecido a permitir que siga siendo la voz del PP en el Parlamento Vasco en todo lo relativo a las víctimas del terrorismo, pese a no haber resultado elegida en las urnas, pero no quiso revelar la decisión que finalmente tomará al respecto. "Para mí ha sido un honor ser parlamentaria. Solo puedo decir que me siento muy orgullosa de todos mis compañeros, en especial de los de Álava, a quienes honra como personas el gesto de poner desde el minuto cero su escaño a disposición del partido". Pero "con esto no quiero decir ni que lo rechazo ni que lo acepte, ni que me lo esté pensando, matizó.
Blanco abordaba así para Efe las dudas que se abren sobre su futuro en la Cámara, donde a partir de ahora debería compaginar su labor con el cargo de presidenta de la FVT para el que fue elegida ayer. Pero su falta de claridad sobre esta cuestión la compensó con creces a la hora de valorar el escenario abierto por la reciente detención de dos presuntos cabecillas de ETA. Afirmó que estas acciones demuestran que "no habrá impunidad ni negociación" y, tras avalar los argumentos que apuntan a una posible ilegalización de EH Bildu, pidió a este partido que demuestre su apuesta por el final de la violencia exigiendo la disolución de ETA y renunciando a un relato equidistante de su historia.