Aitzol Gogorza, uno de los 13 presos de ETA que padecen enfermedades graves o incurables, volvió el pasado lunes al penal de Basauri tras pedir el alta voluntaria en el Hospital de Basurto, en el que había sido hospitalizado el 18 de octubre por la situación de su trastorno obsesivo compulsivo. Los responsables de la prisión han decidido aplicarle el protocolo de acompañamiento de 24 horas y el de prevención de suicidios.
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