césar ortuzar
bilbao
GRIS marengo, gris perla, gris plomo, gris titanio, gris ceniza, gris brillante, gris mate... una amplia gama de tonos para un mismo color, el gris, predominante en la campaña electoral vasca que se resolverá mañana bajo un cielo, supuestamente gris. "Para lo que se podía esperar la campaña electoral me ha parecido bastante gris", analiza de saque Asier Blas, profesor de la UPV y politólogo cuando lanza su mirada exacta, de forense, sobre el cuadrilátero de las urnas, escasamente ilusionante. Al experto, atento a los giros de guion y a los volantazos que atornillan el espinazo de la política, le ha sorprendido el perfil bajo, -"han ayudado los propios candidatos porque ha faltado la imagen de liderazgo en ellos"- un tanto edulcorado, de la contienda teniendo en cuenta que era la primera vez en la que todas "las voces y opciones estaban presentes sin la amenaza de ETA. Son las elecciones más libres en ese sentido, pero en lo político han dado poco de sí. Creo que no habrá más de un 70% de participación a pesar de que deberían ser unas elecciones especiales".
Estima Asier Blas que la falta de picante y valentía en campaña estaba directamente unida a la premisa principal de los partidos que han optado por "no asumir riesgos innecesarios y mostrarse tibios, muy cautos" para evitar lanzar proclamas de imposible consecución más si cabe en una realidad asfixiante por la omnipresencia de la crisis y su tenaza, GPS de la realidad. "Entre la sociedad ha calado la idea de que los políticos no pueden tomar ciertas decisiones de políticas públicas porque que no tienen una autonomía real para ello. Así que su aportación tiene que ver con la priorización de unas u otras políticas. Pero todos, de uno y otro modo, esperan recortes", explica Asier Blas, que incide sobre esa idea: "Nadie puede vender la moto porque no hay moto que vender. Eso es así. Hay mucho miedo ante cuál será la foto que quede".
debates sin mordiente Sobre ese escenario tan árido, escaso en esperanzas cercanas, el manual de la supervivencia se ha convertido en el libro de cabecera también para los políticos. "El discurso general, con matices, sobre todo por parte del Partido Popular, que ha realizado un campaña en términos muy duros, ha sido moderado. Cada uno con sus cosas, pero nadie se ha salido del carril", argumenta el analista, convencido de que tampoco se han detectado novedades en la manera de transmitir el mensaje de las distintas opciones a la ciudadanía. "El mitin da lo que da y principalmente a ellos asisten los convencidos. A los partidos les sirven para lanzar sus píldoras a los medios de comunicación, pero realmente su aportación e impacto es limitado". Los debates políticos en EITB tampoco parecen haber dado vuelo al interés por la campaña. "El de ETB-2 fue infumable. Fue bastante mejor el de ETB-1, menos encorsetado", sostiene Asier Blas, que dice que Euskadi pregunta, el programa donde los ciudadanos cuestionaba a los candidatos, tuvo una huella escasa sobre el armazón de la campaña, alejada de la calle, con menos ambiente.
En lo virtual, la incidencia de las redes sociales, principalmente de Twitter, ha tenido según el politólogo más eco por los fans de los partidos que por el uso de los distintos candidatos. "Twitter es una herramienta muy interesante, pero también el lugar ideal para meter la pata por eso el uso ha sido limitado. La consigna era no cometer errores". El "ambientillo en Twitter lo han dado los fans de los partidos, no los candidatos". No había color. O sí. Gris.
EAJ/PNV: "Es como si fuera un coche alemán"
"Iñigo Urkullu ha hecho un esfuerzo para acercarse a la gente, para romper su seriedad, y el PNV, aunque tiene una fuerza muy grande como marca, ha querido reforzar la imagen de su candidato. Ha jugado buscado el equilibrio entre esas dos vertientes", apunta Asier Blas, que defiende que el PNV ha personalizado "bastante su campaña en el candidato. Evidentemente no tiene las tablas que tenía Ibarretxe y la experiencia que a este le daba haber sido lehendakari, era carismático, y de ahí el esfuerzo de apoyar su figura aunque la marca de partido sea de por sí potente". En cuanto a la idea principal que ha impulsado el PNV en campaña, Asier Blas indica que "han lanzado el mensaje de ser sólidos, de haber gobernado durante muchos años. La gente tiene la percepción de un opción electoral eficaz, sólida, como si se tratara de un coche alemán". Sobre la imagen de Urkullu, sobre lo que proyecta el candidato con más quinielas a su favor para ocupar el sillón de Lakua, concreta el profesor de la UPV que este "no tiene una imagen marcada de líder. Pero eso es algo tampoco tienen el resto de candidatos. Se trata de candidatos al servicio del partido". Con todo, Iñigo Urkullu se ha ido desabrochando durante la campaña, donde ha ofrecido un perfil moderado y se ha centrado en buscar soluciones para la crisis económicas. "Basagoiti le buscaba continuamente en el asunto identitario, también López, aunque este en menor medida".
Asier Blas, politólogo y profesor de la UPV, radiografía la campaña electoral que describe de perfil bajo y moderada
Traje gris de campaña
EH Bildu: "El cambio del cambio del cambio"
"En EH Bildu tenían las cosas claras en el tema de la candidata, Laura Mintegi. Perseguían una imagen amable, de moderación desde el principio", expresa Asier Blas. Según el analista, en EH Bildu "la imagen de marca pesa muchísimo. Probablemente hablamos de un electorado muy militante, el más militante de todos". Las siglas están por encima de la persona. Ese es el motivo por el que "en muchos mítines y apariciones de Laura Mintegi ha aparecido rodeada de gente a su espalda, respaldándola. Es una estética típica", desgrana Blas, que analiza que la idea fuerza de la izquierda abertzale pasa por trasladar a los electores "el cambio auténtico. Digamos que representan la idea del cambio, del cambio, del cambio". A pesar de ese mantra, EH Bildu, sugiere Asier Blas, tampoco ha expandido un discurso radical, salvo en cuestiones como las del Tren de Alta Velocidad, que les diferencia del resto. "en EH Bildu también han sido cautos en sus propuestas". De hecho, su candidata a Lehendakaritza, Laura Mintegi, que anteriormente no tenía experiencia en la arena política aunque sí en la docente, "ha transmitido moderación y tampoco levanta pasiones, un poco en consonancia con el resto de candidatos". Para Asier Blas la opción de la izquierda abertzale, presente al fin en unas elecciones tras su ilegalización, le favorecería una baja participación en las urnas por la fidelidad de su electorado, que siempre responde en la llamada a las urnas.
"Existe miedo en saber cuál será la foto que se refleje en el parlamento y juegan a no perder"
La crisis imposibilita "vender motos porque no hay motos que vender", dice Asier Blas
PSE: "Su mensaje es propio de la oposición"
"Tal vez anticipándose a lo que va a ocurrir, el PSE ha apostado con claridad por un discurso de oposición con dos vertientes a pesar de que han sido ellos los que han gobernado en la última legislatura. Por un lado se han mostrado como oposición al PNV, a Urkullu, y por otra como la oposición a la política de Rajoy", enfoca Asier Blas sobre el camino elegido por Patxi López para tratar de ser reelegido como Lehendakari. Ese mensaje bicéfalo, uno para Urkullu, y otro dirigido al Partido Popular, ha marcado la agenda del gobernante socialista. "Bien pensado resulta paradójico que realice un discurso de oposición", enmarca Blas, que ha notado una mejoría en Patxi López, a la hora de moverse "con más soltura". "Se le notan la tablas de haber gobernado, pero aún así no logra enganchar como líder. Además, aunque eso le favorece, por otro lado, tampoco le da ventaja en el sentido de que el electorado ya sabe lo que puede esperar de él. En ese sentido difícilmente pueda sorprender y todos sabes cómo ha sido su gestión mientras ha sido Lehendakari", diserta Asier Blas sobre la proyección de Patxi López como candidato. Tal vez ese sea el motivo que ha llevado a los estrategas de campaña socialistas a 'sentar' en la bancada de la oposición a Patxi López en lugar de sacar brillo a su hoja de servicios en el Gobierno de Lakua para fortalecer su posición de cara a la cita electoral de mañana, que no le auguran, precisamente, buenas cifras en el recuento.
PP: "Una campaña de confrontación"
"Sin lugar a dudas, el mensaje electoral del Partido Popular ha sido el más nítido. De hecho, no se ha diferenciado del que realizó en precampaña con aquello somos más del 51 % (en referencia a votos constitucionalistas versus nacionalistas). Se ha centrado fundamentalmente en el asunto identitario. El nosotros y ellos. Muy bien orientada desde su punto de vista. Muy clara. El nacionalismo más identitario es el que ha trasladado el Partido Popular, que ha colado el asunto del debate de la independencia en Catalunya en la campaña vasca", enumera Asier Blas, que define la puesta en escena de los populares como singularmente dura en ese aspecto con la idea de "si tú no vas, ellos ganan". Sobre Antonio Basagoti recae la pátina de un candidato de escasa carisma y que "incluso tiene problemas de dicción". Su propuesta ha mostrado un perfil belicoso, de "clara confrontación", entre otras cosas porque asuntos derivados de los recortes de su partido desde Madrid, de la política económica de Rajoy, no ayudaban en absoluto a trasmitir un discurso atractivo para la ciudadanía. Los postulados de Antonio Basagoiti quedaron reflejados con nitidez en el debate a seis candidatos que propuso Euskal Telebista. Aunque el debate se troceó en diferentes temas, Basagoti, obstinado, siempre empleó la cuña del pleito identitario como fórmula de ataque. Apenas ha abandonado esa partitura, el eje en el que ha pivotado la campaña del Partido Popular.