Vitoria. Acto de central del PSE ayer en Vitoria, la cabeza del territorio en el que las encuestas pronostican que se producirá la madre de todas las batallas del próximo domingo y donde Patxi López se hizo acompañar de su jefe de filas, Alfredo Pérez Rubalcaba, para afrontar la recta final de esta intensa campaña.

El pabellón de Mendizorroza estaba engalanado para la ocasión y un mar de banderitas esperaba al son de Bruce Springsteen la llegada de los protagonistas, que echaron el resto para recabar hasta el último voto.

Rubalcaba se encargó de romper el hielo y, metido en el traje de jefe de la oposición, basó su discurso en un mensaje claro, “la vida es peor por las políticas de la derecha”. Y, para demostrarlo, tres botones -economía, educación y modelo de país-, y una puntada -llamar mentiroso a su máximo rival-; una estrategia que luego calcaría López sobre el tapiz vasco sustituyendo en el patrón la foto de Rajoy por la de Iñigo Urkullu.

Así, el líder del PSOE advirtió a los jubilados de que el presidente español calla para retener su voto, pero cuando lo tenga congelará sus pensiones. Debería ser tan duro con Merkel como lo está siendo con los débiles en España, reprochó. De igual forma, aprovechó la salida de tono con la que el ministro de Educación propuso “españolizar” a los niños de las comunidades díscolas para arremeter contra el modelo popular. Wert “es una desgracia”, zanjó. Y por último, criticó a Rajoy por inflamar el debate identitario de una España que “se le va de las manos” para, a continuación, trasladar su visión sobre las demandas soberanistas. “Algunos empiezan a decir saldríamos mejor de la crisis solos. No; ni debemos ni podemos. Euskadi saldrá de la crisis con España y Europa o no saldrá”, concluyó.

López tomó el atril cómodo, haciendo gala de la soltura que ha ganado, y se aprestó a subrayar un día más que PNV y PP plantean “exactamente lo mismo”. “No podemos permitir que la derecha siga recortando”, clamó tras declararse “indignado” con las recetas que proponen los “lobos con piel de cordero”. Y así, volvió a buscar el cuerpo a cuerpo con Urkullu desde la defensa del ellos y el nosotros: las derechas, y las izquierdas a las que llamó a unirse bajo la bandera del PSE para que se escuche la voz de quienes están pagando una crisis “que no crearon”. “Quiero ser esa voz”, pero para serlo, dijo, se deberá movilizar el voto indignado ya que si no “las buenas ideas y las protestas” valdrán de poco, advirtió.

‘Magníficos gestores’ Y así, igual que Rubalcaba había hablado de “las tres mentiras” de Rajoy, López tildó a Urkullu de “campeón de la mentira” para confrontar su labor con el cartel jeltzale de “magníficos gestores”. Volvió a decir que Euskadi no podría pagar sus pensiones, que eso sale de la caja de “España”. “Sí, de España, por mucho que les moleste oírlo”, reiteró inflamado. Defendió que su Gabinete ha contenido la caída de la economía vasca en tres puntos, e incluso que el PNV tiró de deuda más que este PSE en otras crisis.

Y por último, con el modelo de país reabierto, advirtió a quienes acudan al PNV “como voto útil para frenar a los radicales”, de que no serán más que “prisioneros” de la coalición en el camino hacia la independencia. Cartas boca arriba. Arranca la última semana de campaña.