Bilbao. ¿El origen matriz de ETA es el PNV?
Si vamos a los fundadores, Julen Madariaga era de la burguesía media-alta y familiar de los Zabala, la mujer del primer lehendakari. Benito del Valle es de los pocos abertzales socios del Club Marítimo que luego es depurado. La familia de Eneko Irigarai es gente reconocible del entorno del PNV. A ETA solo se le llama de una manera, pero ha habido muchas ETA. ¿Se acuerda alguien que José Luis Álvarez Enparantza Txillardegi, Jose Manu Agirre, Javier Imaz y Benito del Valle se salieron de ETA porque creían que era marxista?. En mi caso, me tuve que exiliar en el 63, mi madre era del PNV y mi padre había sido de ANV. ¿De dónde íbamos a salir si era lo único que había habido?
¿Por qué se deciden a dar el paso?
Hay un grupo que forma Ekin tras un periodo de reflexión que nace al margen del PNV para suplir algunas carencias que ven en EGI. Luego, los de Ekin se unen a EGI, y la ruptura con el PNV viene ya en EGI, no en Ekin. En aquel momento jugó un papel importante Mujika Arregi, Ezkerra, que fue impulsor de la fusión de EGI Batasuna y ETA, y posteriormente fue un hombre clave en ETA (pm). En aquel momento de la fusión, EGI Batasuna aportó quizá más militantes que los que tenía la propia ETA. Otro hombre fundamental fue Josean Etxebarrieta, que era uno de los ideólogos de EGI y también participó en la fusión de EGI Batasuna y ETA. Cuando Josean Etxebarrieta tuvo que irse al exilio, la primera casa donde le acogen es la de Anton Irala, un hombre clave del PNV, porque eran familiares.
Una de las cosas que más llama la atención del libro es la cantidad de correspondencia entre dirigentes del PNV, en especial Irujo, y los primeros miembros de ETA.
Lo de Irujo es impresionante. A veces, al revisar su documentación he tenido la impresión de que yo era un poco voyeur al meterme en sus intimidades. Hay una gran relación epistolar. Luego también está Jesús Insausti Uzturre, que dejó también una correspondencia riquísima.
¿Por qué la relación PNV-ETA?
Yo tengo una tesis. Las simpatías y la cobertura que tuvo ETA de la base del PNV y de algunos dirigentes del partido y algunos servicios del PNV, fue porque eran activistas, no por lo que escribían y decían. Irujo también lo decía: 'no necesariamente lo que escriben se corresponde a lo que hacen'. Estoy convencido de que la gran diferencia entra ETA y el PNV no era porque ETA practicara la lucha armada. Creo que hay que buscar las diferencias en otras situaciones. Había importantes militantes y dirigentes del PNV que no le hacían ningún asco al activismo. Estaban enfrentados, pero se reconocían como parte del mismo pueblo y dando respuestas, en las que no coincidían, a un mismo problema.
¿Cuándo se producen ya las serias divergencias entre el PNV y ETA?
Yo creo que la muerte de Carrero Blanco enloquece a los militantes de ETA. El éxito espectacular a nivel internacional del atentado les pone en la primera plana de los medios de comunicación y les hace ser accesibles a todos los movimientos revolucionarios del tercer mundo. En ese momento, por jóvenes y superideologizados, son prepotentes y no les preocupa nada el PNV ni el Gobierno Vasco en el exilio, les dan por muertos. Cometen un error estratégico, no se dan cuenta que la fuerza y lo que representaba el PNV no está tanto en la militancia que tenga en cada momento, sino en la manera de abordar el nacionalismo y el patriotismo, con una historia que estaba aceptada por sectores amplios de la sociedad.
¿Que pasó en Txiberta?
No tengo testimonio directo, tengo el de Mirentxu Purroy, que es una profesional seria y allí no estaba comprometida con nadie, porque los demás cuentan lo de Txiberta como les conviene contar. Yo creo que nadie se atrevía a no estar en Txiberta, pero todo el mundo sabía que aquello no iba a salir bien. Los abertzales pedían que se pusieran de acuerdo, pero las organizaciones, cada una por diversos motivos, no estaban interesadas, pero no podían dejar de ir.
En octubre de 1978 el PNV convocó una manifestación contra el terrorismo.
La dirección del PNV tuvo grandes problemas internos. Los nuevos dirigentes del PNV, Arzalluz, Mitxel Unzueta, Marcos Vizcaya, estaban muy contestados por las bases del PNV. El hecho de que la base del PNV no quisiera manifestarse contra ETA no significa que estuviera de acuerdo con ETA. La izquierda abertzale, además, cometió un gran error al convocar una manifestación paralela en el Casco Viejo.
Sin embargo, en la época de Txomin Iturbe se mantuvo una línea abierta entre ETA y el PNV.
Gorka Agirre, que era yerno de Luis María Retolaza, conocía a exiliados de ETA en Lobaina y siempre tuvo una percepción clara de qué era ETA. Combatió a ETA, pero sabía que había que llegar a acuerdos, lo que a veces le hizo pasar malos ratos. Arzalluz siempre tuvo sobre ETA la misma percepción que Retolaza. Creía que había que hacer algo para acabar bien con todo aquello.
¿Txomin Iturbe fue el último gran líder de ETA?
Fue el último gran líder que tuvo ETA con capacidad para discutir con él. Siendo Retolaza consejero de Interior y Arzalluz presidente del PNV fueron a hablar con Txomin porque gente del PNV estaba recibiendo cartas del impuesto revolucionario. Fueron a hablar de eso, pero hablaron de todo. En ETA siempre ha habido gente que creía que con importantes sectores del PNV se podían llegar a entender. Retolaza y Arzalluz sabían que dentro de ETA había gente con la que se podía razonar y que había un líder que era Txomin Iturbe. Luego ha habido jefes, pero nadie ha tenido ese carisma. El único veterano que queda en la clandestinidad es Urrutikoetxea, el primero al que la extrema derecha intenta matar. Pero nunca ha sido un gran ideólogo, sino un hombre de acción. Otro hombre que hay que tener en cuenta es Antza, Mikel Albizu, hijo de Rafa Albizu, un ingeniero miembro de aquella primera ETA que no fue al exilio al ser detenido.
¿Cree que ETA va a anunciar su disolución?
Es difícil. ¿Cómo van a anunciar la disolución cuando tienen 700 presos?. Cuando se disolvieron los polimilis había otros que estaban en activo, y entonces los políticos, por acabar con uno de los problemas, estaban de acuerdo en mirar a otro lado hasta con la complicidad de los jueces. Los de ahora no tienen esa facilidad y el proceso de sacar a la gente de la cárcel va a ser muy complicado. Y la presión lógica de los familiares, ¿quién la va a administrar? Imagino que ETA dirá a sus militantes que es momento de estar callados y de buscar salidas colectivas, y ya llegará lo que tenga que llegar. También entiendo que, mientras tanto, si hay gente que busca su salida personal, lo haga. ¿Quién va a tener la cara de decirle a un señor que lleva veinte años en la cárcel que si puede aprovechar para salir no lo haga?
¿Por qué se ha quedado en 1979 y no ha seguido hasta nuestros días?
La metodología que he seguido con este libro es muy difícil de realizar. De aquella época hay un montón de documentos, tanto de ETA como parte del PNV. Si tienes el tiempo y las ganas de leerlos todos, nadie te tiene que contar nada. Están ahí. Lo que sí sería interesante es hacer un libro de ETA por sus obras. Algún día habrá que hablar de ETA por el tipo de atentados que fue haciendo en cada momento.
¿Cómo ve las relaciones entre PNV y la izquierda aberzale en la coyuntura actual?
Ya lo digo en el libro, ETA mató a dos amigos de Gorka Agirre, Joseba Goikoetxea en 1993 y Montxo Doral en 1996. Sin embargo, en 2009 cuando murió Gorka Agirre una delegación de la izquierda abertzale, con Otegi a la cabeza, fue a la capilla ardiente en Sabin Etxea. Y un año antes Arzalluz había visitado a Otegi cuando éste se encontraba preso en la cárcel de Martutene. Lo cierto es que ahora, en una situación normalizada, PNV y la izquierda abertzale son directos competidores electorales. Habrá que ver qué depara el futuro y si deciden ir juntos en el mismo tren hasta Maltzaga y, como anhelaba Telesforo Monzón, algunos decidan seguir juntos hasta Eibar.
Azurmendi ha manejado una amplia documentación. Foto: J.M. martínez
"Al principio había militantes y dirigentes del PNV que no le hacían ascos al activismo"