Foronda. Cuando su nombre sonó por la megafonía, Oriol Pujol realizó un gesto que pasó desapercibido para las miles de personas que el Alderdi Eguna congregó. Izó los cuatro dedos de la mano, salvo el pulgar. A escasos metros, las juventudes de Convergencia Democrática de Catalunya -CDC- aplaudieron la imagen. Símbolo de las cuatro barras de la bandera catalana, la senyera estuvo bien presente ayer en Foronda. Abierta la puerta a la independencia en Catalunya, el nacionalismo catalán persigue emprender una nueva era libre de ataduras con España. Sus aspiraciones encontraron ayer el respaldo de los jeltzales.
Catalunya se hizo visible en la fiesta del PNV, principalmente, de la mano del JNC -Joventut Nacionalista de Catalunya-, las juventudes de la formación liderada por el president Artur Mas. Sus esteladas blavas, la bandera nacionalista, recorrieron el habitual desfile previo al acto del Alderdi Eguna entre aplausos y gritos de "Independentzia!". Antes de poder llegar a alcanzar la ansiada meta de la autodeterminación llegará la cita con las urnas del 25 de noviembre y la plausible posibilidad de convocar el referéndum anunciado para la próxima legislatura, tal y como recordó el secretario general de CDC, Oriol Pujol.
"Hay que dar a la gente la oportunidad de que hable; hay un cambio de etapa profundo y radical en Cataluña de la legitimidad que nos emplaza a nuevos objetivos nacionales", remarcó Pujol, haciendo especial hincapié en que "se está produciendo" un viraje hacia posturas soberanistas en un profundo cambio de rumbo que también hizo extensible a Euskadi.
Otro de los líderes nacionalistas catalanes que ayer estuvieron en Foronda fue el secretario general de Unió Democràtica de Catalunya -UDC, la otra pata de CiU-, Josep Maria Peregrí. Calificó de "graves" las recientes manifestaciones de Rajoy, que tildó de "enemigos" de la recuperación económica a los nacionalistas catalanes por abrir la puerta a la independencia. Una actitud que, a juicio de Peregrí, busca "no querer entender Catalunya".
Y es que el no entendimiento de los dos partidos constitucionalistas, PP y PSOE, hacia el incremento del ansia nacionalista catalán en estos últimos años, con episodios como la anulación del Estatut el 2010, las deudas del Estado con la Generalitat y el reciente enfrentamiento por el pacto fiscal como caldo de cultivo, ha reforzado la efervescencia independentista hasta límites no vistos anteriormente.
"Hace un año nadie confiaba en la política, y nadie confiaba en que las cosas se podían cambiar. Y hoy el president Mas ha puesto en el centro del debate político un proyecto de futuro para Catalunya", indicaba Gerard Figueras, presidente de JNC. "Hemos pasado 30 años intentando hace entender a España que nosotros queríamos estar cómodos dentro de ella, pero hemos visto que tras el último portazo del pacto fiscal, esto no es posible", reflexionaba. "Y vamos a dar la voz al pueblo de Catalunya para que decida si quiere mantenerse en esta España que nos considera residuales, o podemos avanzar juntos hacia un Estado catalán". "Construir nuestro futuro", resumía.