Donostia. "No me considero un socialista típico, aunque me ha tocado estar toda la vida en el Partido Socialista. En ese sentido, a mí me daba igual no seguir las instrucciones del PSOE en Madrid. Me consideraba con autoridad suficiente para hacer en Euskadi lo que consideraba que debía hacer". El actual presidente del PSE, Jesús Eguiguren, cierra con el documental Memorias de un conspirador, del productor y director Ángel Amigo, una larga etapa de actividad política.
Así se dio a conocer hace varias semanas que Eguiguren dejaría la primera línea de la política, algo que se confirmó cuando se supo que iría en el último puesto de la candidatura por Gipuzkoa al Parlamento. Así lo recoge el propio presidente de los socialistas vascos en la cinta estrenada ayer en Donostia ante personalidades como los mandatarios socialistas Iñaki Arriola y Miguel Buen; los profesores Javier Elzo y José Luis Orella o el que fuera dirigente de ETA Eugenio Etxebeste, Antxon, y el propio Eguiguren, quien reconoce en la cinta que esta supone "una especie de despedida, un testamento".
En los últimos tiempos se ha convertido habitual ver al presidente del PSE reflexionar sobre el actual momento político en reportajes emitidos de Salvados (LaSexta) o más recientemente en Bisitaria (ETB1). El documental de Amigo (un "relato emotivo", en palabras del cineasta, de 80 minutos de duración) recopila esas vivencias, algunas en los mismos escenarios que visitó durante las conversaciones para la tregua de 2006 (el caserío Txillarre de Elgoibar, Ginebra y Oslo).
Un alto el fuego que saltó por los aires con la bomba que echó abajo el aparcamiento de la T-4 de Barajas y se llevó por delante la vida de dos personas. Ahí, según Eguiguren, fue cuando "ETA perdió la legitimidad en Batasuna. Por primera vez ETA no pudo demostrar que el Gobierno tenía la culpa" de que el proceso se hubiera roto.
Eguiguren repasa antes cómo fueron las conversaciones con Javier López Peña, Thierry, y antes con Josu Urrutikoetxea. Sus diálogos con el que fuera portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, sus viajes y su involucramiento respecto a la dirección del partido en Ferraz. Las conversaciones en Elgoibar comenzaron, mientras gobernaba el PP, hablando cada uno a título personal, sin representar a sus partidos, si bien tanto Eguiguren como Otegi sabían con quién hablaban.
El líder de la izquierda abertzale, encarcelado por el caso Bateragune, tiene un papel destacado en el filme, "co protagonista" de una "historia tan dura", tal y como recordó, en nombre de un ausente Eguiguren -aquejado de un cólico nefrítico- por la mañana, la portavoz juntera socialista y esposa del presidente del PSE, Rafaela Romero. En la cinta, el socialista recuerda a Otegi "por razones políticas y razones personales, porque después de hacer lo que ha hecho, cuando salga, saldrá sin las facultades, sin la fuerza, sin la energía, sin el apoyo que ahora tiene, porque le va a pasar lo que nos ha pasado a todos nosotros. Cuando se sienta libre, se le irán las fuerzas".
Romero, al igual que Eguiguren, también trajo el recuerdo de las víctimas del terrorismo que han padecido la muerte de sus familiares como de los niños que han vivido "en silencio y asustados" la persecución de sus padres, algo que el propio Eguiguren realiza en la película. A estos, cuando sean mayores, les deja la responsabilidad de continuar el camino abierto: "Quiero pensar en el futuro y lo que pienso es que pertenece posiblemente a otra generación hacer lo que nosotros no hemos sabido hacer y hacerlo bien".
Aun así, el presidente del PSE reconoce en la película, que se estrenará en las salas de cine el 15 de octubre, sentirse "con la satisfacción del deber cumplido. Me queda mucha tristeza porque veo que el conflicto para muchos empezará ahora, supongo".