Vitoria. La carrera hacia las próximas elecciones vascas ya está oficialmente lanzada y en el camino se adivinan las citas y los mensajes que marcarán su desarrollo de aquí al próximo 21 de octubre. 54 días. Ése es el tiempo que durará esta pugna electoral desde que el lehendakari López firmara ayer el decreto de convocatoria electoral y disolución del Parlamento Vasco, que ya hoy queda en manos de la Diputación Permanente, tras la publicación del decreto en el Boletín Oficial del País Vasco.

Ahora toca cerrar las listas, ultimar las ofertas programáticas,... Y los socialistas ya tienen algunas fechas señaladas en rojo. A la espera de que se confirme que Patxi López repite como aspirante al sillón de Ajuria Enea -el plazo de presentación de candidatos termina en el PSE este domingo-, la primera será este jueves, cuando los socialistas reunirán a su Ejecutiva. Los socialistas han abierto su proceso de primarias, pero no se espera que nadie haga pública su intención de disputarle la candidatura a López antes de la cita con el Comité Nacional el domingo, cuando se ratificará previsiblemente su condición de número uno del PSE a Ajuria Enea. Eso sí, la novedad puede residir -se da prácticamente por hecho- en que Patxi López lidere en esta ocasión la plancha por Álava, desplazando a Txarli Prieto al número dos, en lugar de hacerlo por Bizkaia.

Luego, un par de semanas después -probablemente los días 18 y 19 de septiembre-, llegará la conferencia política pendiente que perfilará su proyecto electoral definitivo. Hasta que eso suceda, la clave parece pasar por buscar el cuerpo a cuerpo con un PNV que han fijado como principal adversario. Ayer eran los previsibles cabezas de lista por Bizkaia y Gipuzkoa, José Antonio Pastor e Iñaki Arriola, los que insistían en agitar el argumento de la "resurrección" del Plan Ibarretxe y el frente soberanista para tratar de sujetar el voto constitucionalista. "No me cabe duda de que, si se produce mayoría nacionalista, el mundo de Batasuna va a hacer ofertas que el PNV no va a poder rechazar". Cuantos más votos reciban, "más peligro habría de que se pudiera establecer en el Parlamento Vasco un debate artificial" y "peligroso, porque podría establecer factores de desestabilización en la política vasca", insistió Pastor en RNE. Y para evitar este peligro, metido ya de pleno en clave electoral, buscó la movilización de su electorado -desengañado con su proyecto en las últimas citas con las urnas- subrayando que "un pequeño número de votos puede hacer alterar sustancialmente" unos resultados que el PSE prevé más que ajustados, pero que Rubalcaba se limitó ayer a confiar en que sean "buenos".

"el fantasma del miedo" En esta misma línea parece dispuesto a moverse el PP vasco, que hoy reúne a su comité de campaña para ultimar su programa pero que, según adelantó ayer su secretaria general, María Dolores de Cospedal, se reivindicará -tanto en Galicia como en Euskadi- como "única garantía de estabilidad". Frente al soberanismo, pero también frente a unos socialistas a los que dirigirán sus dardos roto ya el matrimonio Basagoiti-López.

Estas afirmaciones llevarán al PNV a defender su apuesta por un nuevo estatus con guantes de seda. Y por eso, frente a quienes azuzan "el fantasma del miedo" porque "no quieren entrar a este debate", los jeltzales -que ayer aprobaron el programa que darán a conocer en los próximos días y el viernes arrancarán el curso político con su habitual acto político en Zarautz- prometen diálogo y afán de entendimiento. Autogobierno "es bienestar y desarrollo", no una obsesión conceptual, subrayaba ayer Andoni Ortuzar desde Onda Vasca. Y si se hace un debate "desapasionado" y libre de toda "carga de miedo" sobre esta cuestión, será "factible" lograr un acuerdo en el que estén las cuatro principales almas políticas vascas, adelantó.