Vitoria. Justificaba ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, su decisión de sumarse finalmente al adelanto electoral de Euskadi por dos motivos: que el nuevo Gobierno pueda aprobar en tiempo y forma los Presupuestos de 2013 pero, sobre todo, para ahorrar a España "un periodo electoral de seis meses, excesivamente prolongado" que añadiría "más inestabilidad" al país en una situación "extremadamente difícil". Así, la doble jornada electoral que se vivirá el 21 de octubre supondrá el primer gran examen ante las urnas al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tras su llegada a La Moncloa hace poco más de ocho meses.

La resolución de Feijoó parece, sin embargo, más encaminada a amortiguar, en la medida de lo posible, el impacto en la exigua mayoría absoluta que ostenta actualmente el PP de la tormenta de la crisis económica y de los recortes sociales liderados por Rajoy en el electorado, precisamente en uno de los feudos más simbólicos para el PP y para su líder -gallego de pro-, en el que las encuestas anticipan una importante fragmentación del mapa político. Tras el varapalo de Andalucía, una derrota en Galicia sería, más allá de la constatación del descontento social con la gestión de Feijoó o de Rajoy, un duro golpe para el PP.

Con las salvedades que impone el distinto ámbito electoral, el listón para Rajoy está en los 864.567 votos que obtuvieron los populares el pasado noviembre en Galicia.

Las fechas, a priori, no son especialmente propicias para los intereses populares, que en parte se han visto obligados a acelerar sus planes -Feijoó parecía inclinarse más por noviembre- tras el adelanto anunciado por Patxi López la semana pasada. En clave interna gallega, sólo cinco días antes de la jornada electoral se iniciará el juicio del Prestige, una catástrofe que fue gestionada en primera persona por Rajoy desde la vicepresidencia del último Ejecutivo de José María Aznar; el famoso episodio de los "hilillos de plastilina". En clave estatal, octubre aparece marcado en rojo en el calendario como probable marco para el temido rescate total a la economía española -que llevaría aparejadas nuevas restricciones-, una vez que en septiembre se haya dado vía libre al rescate al sistema bancario.

al compás de los presupuestos Se da una curiosa paradoja añadida a la endiablada agenda con la que tendrá que trabajar Rajoy en las próximas semanas. Llegó el PP a La Moncloa en diciembre y retrasó la presentación de los Presupuestos de este año, para desespero de la UE, hasta después de la celebración de las elecciones andaluzas del 25 de marzo para intentar que el recorte no perjudicara sus perspectivas; sin demasiado éxito pues Javier Arenas, no sólo no logró la mayoría absoluta que le predecían la encuestas, sino que sucumbió a la alianza PSOE-IU.

Ahora se verá envuelto en pleno trámite en el Congreso de las Cuentas de 2013: justo antes de iniciarse la campaña están previstas las comparecencias de los ministros en el Congreso para presentar el proyecto (entre el 2 y el 4 de octubre), y la semana posterior al 21-O se debatirán las eventuales -y muy probables, aunque poco decisivas merced a la mayoría absoluta del Gobierno- enmiendas de totalidad.

Si el escenario no parece el más propicio para los populares gallegos, su principal adversario tampoco está en el mejor momento. El PSG llega envuelto en tensiones internas, pero el adelanto parece dejar el camino expedito a la candidatura de Pachi Vázquez tras la renuncia de José Blanco a presentar batalla. También el exministro Francisco Caamaño se decidió a no presentar batalla, por lo que Vázquez será designado este mismo sábado.