pamplona. Congelación salarial en el mejor de los casos, escenografías menos costosas y casi siempre recicladas para los actos públicos, negociaciones a la baja con sus proveedores... los partidos políticos no se escapan de las garras de la crisis y se ven abocados a tomar medidas para ajustarse a los nuevos tiempos. Al hilo de la delicada situación económica, los partidos se han encontrado con una bajada del 20% de las subvenciones que recibían del Estado y el Gobierno quiere cortar otro 20% el próximo año, lo que les obliga a echar mano de su ingenio para capear el temporal. Más aún en el caso del PSOE (que gastará un 50% menos), que en las elecciones del año pasado se quedó de forma drástica sin un número significativo de sus representantes públicos, con la consiguiente pérdida de subvenciones.
Tanto es así que el Partido Socialista ha sido el único, por el momento, que se ha visto obligado a plantear un ERE, cerrado mediante acuerdo con los sindicatos con 16 bajas voluntarias y 7 despidos forzosos, con una indemnización media de 35 días por año trabajado junto a otras 100 prejubilaciones. Además, ha tenido que aplicar una bajada salarial de entre el 15 y el 27%, en función del sueldo.
El PP, la fuerza que más ascendió en número de representantes en los tres procesos electorales del año pasado, asegura que, pese al incremento de las subvenciones, ha reducido personal en el partido, que se ha incorporado a la administración, a ministerios o a delegaciones, sin que hayan sido sustituidos.
IU, por su parte, sostiene que no ha tenido que bajar salarios porque sus sueldos "están muy ajustados desde hace años". Y no ha pasado de "un par" de contrataciones nuevas para cubrir jubilaciones porque, aunque ha crecido notablemente en número de diputados, se ha reorganizado el trabajo entre el mismo personal. Por contra, UPyD sí ha efectuado algunos contratos nuevos, aunque, eso sí, con unos sueldos "modestos".