barcelona. El conseller de Interior catalán, Felip Puig, aseguró ayer que el Govern no descarta convocar un referéndum si fracasan las negociaciones con Madrid sobre el pacto fiscal y alerta que "o nos salimos por la vía del pacto o por la vía de la radicalidad democrática".

Puig se pronunció así en declaraciones a RAC1, después de que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, hiciese un llamamiento a la sociedad catalana para que apoye explícitamente con un "clamor" el pacto fiscal, como una cuestión de "país entero", más allá del Govern, de los partidos o del Parlament.

El titular de Interior afirmó que el ejecutivo catalán no descarta la posibilidad de celebrar una consulta sobre el pacto fiscal, aunque precisó que no está "en estos momentos en el calendario" porque, primero, hay que iniciar el proceso de negociaciones con el Gobierno de Mariano Rajoy.

Puig recalcó, en este sentido, que la intención del Govern es "jugar" la partida del pacto fiscal con la "perspectiva y la ambición de que la ganaremos". "Lograremos la Hacienda propia por la vía del pacto o porque la construiremos y la pondremos en marcha. Si eso supone un conflicto político, lo asumiremos", dijo.

movilización Asimismo, el presidente del grupo del PSC en el Parlament, Joaquim Nadal, apoyó este viernes que Masinstara a los catalanes a movilizarse a favor del pacto fiscal en la próxima Diada de Cataluña del 11 de septiembre.

En declaraciones a Catalunya Ràdio aseguró que apoya la iniciativa de Mas pero advierte del riesgo que tendría generar frustración. Nadal recalcó que no hay que repetir una experiencia como la de la gran manifestación en contra del recorte del Estatut que tuvo lugar en julio de 2010 en Barcelona. Esta marcha "creó grandes expectativas pero no se tradujeron en una realidad tangible", y hay que procurar que ahora este sentimiento no vuelva a generarse.

Nadal abogó por hacer pedagogía del pacto fiscal y negociar "con fuerza" con el Gobierno de Madrid sin generar en ningún caso desafección entre la ciudadanía. El PSC votó a finales de julio a favor de la mayoría de puntos del pacto fiscal en el Parlament, aunque se abstuvo en los apartados más emblemáticos, como limitar la solidaridad interterritorial.