bilbao. Iñigo Iturrate ha regresado hace unos días de Colombia, donde, como integrante de la misión del Parlamento, ha realizado un seguimiento de los ciudadanos de este país acogidos al programa de refugiados del Gobierno Vasco. Una semana en la que el dirigente jeltzale ha podido conocer en primera persona los problemas del proceso de paz.
Donde empieza a haber consensos es en la Ponencia de Paz. No han estado todos los partidos, pero sí supone un pequeño gran paso.
No han estado todos porque no han querido, porque todos han estado invitados a participar.
¿El suelo mínimo que ha logrado este foro de qué va a servir si hay un adelanto electoral?
Hay unos mínimos que debieran ser compartidos por todos. Que ninguna idea puede estar por encima de la vida humana, que las víctimas tienen derecho a la verdad y a la reparación, que tenemos que mirar al pasado para no repetir los mismos errores… Es algo que podemos compartir todos.
La ponencia ha supuesto el final parlamentario de Aintzane Ezenarro. ¿Cómo ha visto este 'affaire'?
Los tres parlamentarios expulsados han sido muy coherentes con el proyecto político que Aralar presentó a la ciudadanía. Aralar ha tenido que pagar un tributo para engancharse al proyecto de la izquierda abertzale tradicional, y es un peaje demasiado caro. Este partido ha dilapidado parte del capital político que había construido a lo largo de estos años, además de a una de las políticas mejor valoradas de Euskadi.
¿Ve a Ezenarro en otro partido?
Eso habría que preguntárselo a Ain-tzane. Ella siempre dice que la política no la va a dejar nunca. Puede aportar mucho en esta sociedad y le deseo suerte.
Otro hito ha sido el acuerdo del Parlamento sobre las víctimas de motivación política, en el que el PP se abstuvo. ¿No es necesario reconocer a todas las víctimas para que la normalización sea efectiva?
Sin duda. Lo que pasa es que el Partido Popular es preso de ese monstruo que ellos han creado y alimentado durante años, de que todo aquel que escapase del pensamiento oficial era connivente con el terrorismo. Ahora está probando de su propia medicina y por eso le está costando adaptarse a la nueva situación, pero creo que también está haciendo esfuerzos. El paso que hemos dado es necesario, insuficiente, pero aquí comienza el camino del reconocimiento.
También es necesario acabar con los hábitos del pasado en el que algunos amenazaban a otros por el simple hecho, por ejemplo, de llevar la camisa de la selección española. Lo digo por el caso protagonizado por el exasesor del alcalde de Donostia, Josetxo Ibazeta.
Con el cese de la actividad armada no acaba la historia de intolerancia y de violencia en este país. Una cosa es dejar de matar y otra asumir plenamente los comportamientos democráticos. Ahí, a la izquierda abertzale todavía le falta mucho recorrido y el caso de Ibazeta es un ejemplo claro, pero no es el único.
¿Cómo se pueden erradicar estos malos hábitos?
Desterrar esta cultura política de algunos sectores de la izquierda abertzale es mucho más complicado que sacar un comunicado decretando el cese de la actividad armada. Nos vamos a tener que empeñar todos para cambiar esto, pero antes es necesario un ejercicio de autocrítica por parte de la izquierda abertzale. No han cuestionado estos métodos de presión y de violencia, simplemente han considerado que estratégicamente no sirven.
¿Cree que el Gobierno español acatará la recomendación de Estrasburgo sobre la 'doctrina Parot'?
Tendrá que hacerlo. Parece que en la Audiencia Nacional son conscientes de la obligatoriedad de la sentencia de Estrasburgo. Es una evidencia. Muchos ya dijimos en su momento que la doctrina Parot era antijurídica, injusta y que no resistiría. Lo que sorprende es el empecinamiento del Gobierno español en defender esta doctrina.
¿Son suficientes las medidas de reinserción para los presos de ETA planteadas por Interior?
Es un paso muy tímido. El Gobierno español debería ser más ambicioso y estar menos atado a su pasado en el tema de la política penitenciaria.
El EPPK tampoco está conforme con las medidas de Interior.
No es razonable la postura del Colectivo de Presos de ETA. Si la izquierda abertzale ha tenido derecho a la reinserción política y ha tragado con todo para que Sortu fuera legalizado, no es razonable que se presione a los presos buscando salidas colectivas e impidiendo su reinserción.
¿El PP busca alterar el censo al permitir que los 'exiliados' por la violencia de ETA voten en la CAV?
Es un absoluto despropósito y es otro de los peajes que está pagando el PP a todo ese monstruo que ha creado de pensamiento único. Como sociedad tenemos que reconocer que ETA ha obligado a gente a marcharse de Euskadi, pero de ahí a los 300.000 que hablaba Basagoiti… Estas personas deben participar en la memoria colectiva de este país, pero la Ley Electoral debe ser muy escrupulosa con los principios de igualdad y participación política de todos los ciudadanos.
¿En caso de llevarse a cabo la reforma de la Ley Electoral cree que el Gobierno Vasco debería acudir al TC?
Debemos intentar evitarlo a toda costa, porque, además de ir en contra de los principios de igualdad y participación política, supone un ataque a la capacidad de organización de este país y al autogobierno. Si no se va a permitir a nuestro Parlamento la capacidad de regular el régimen electoral de sus elecciones, qué es lo que podemos hacer. Estamos asistiendo a un ataque desaforado al Estado de las autonomías.
Pero el PP tiene 185 diputados que le dan la mayoría.
En ningún país normal se modifica la legislación electoral a base de rodillo.
"Si la izquierda abertzale ha tenido derecho a la reinserción política, no es razonable que se presione a los presos"
"Aralar ha tenido que pagar un tributo para engancharse al proyecto de la izquierda abertzale tradicional"