Vitoria. Euskadi está en vías de consolidar un futuro "prometedor" desde que el pasado octubre se diera fin a la actividad armada de ETA, si bien el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, estimó ayer en un acto en Gasteiz en memoria de Lauaxeta que la paz definitiva "sólo llegará con la plena normalización en la convivencia". Tiempos de incertidumbre, principalmente en el ámbito económico, acechan a un país que vive "momentos extremadamente convulsos" debido a la recesión, pero el candidato a lehendakari de la formación jeltzale llamó ayer a no caer en el desaliento y continuar construyendo unos sólidos pilares para la pacificación.

Precisamente, Urkullu evidenciño cuales serán esas principales herramientas que, una vez que están sean consolidadas, harán de la paz un estado duradero. Los retos para lograr la plena normalización de la convivencia en Euskadi "pasan por el reconocimiento del dolor causado y del adversario, la asunción de la responsabilidad, la reparación del daño, el respeto a todas las ideas y la renuncia a la imposición como elemento fundamental de dominación", indicó el burukide, que también hizo una férrea defensa de otros dos "valores fundamentales" como son el diálogo y el respeto a la pluralidad en Euskadi, con especial hincapié en el ejercicio democrático "de mayorías y minorías" entre las formaciones políticas.

"El bien superior de la paz está siendo conquistado y en nuestra mano está convertirlo en un valor sólido sobre el que construir una nueva convivencia", remarcó Urkullu, a la vista de que los últimos acontecimientos con una ETA que ha silenciado sus armas tras largas décadas de sangrante actividad y una izquierda abertzale que bajo el paraguas de Sortu podrá participar en igualdad de condiciones en las próximas citas electorales vascas, vienen reforzando el nuevo panorama en Euskadi. Sin embargo, también insistió en la necesidad de no parar ni un instante en ese camino hacia una paz duradera.

Consolidar la paz "Desde el 20 de octubre del pasado año, cada día que pasa en este pequeño país consolida la esperanza de un futuro prometedor, en el que la violencia desaparecerá para siempre de nuestra preocupación colectiva", citó, consciente de que Euskadi va dando pasos en un nuevo tiempo político "sin la amenaza de tener que atender a nuevas víctimas". Pero alcanzado ese punto intermedio, aún resta llegar a la verdadera meta.

"Tenemos que seguir dando pedales porque no nos podemos permitir el lujo de pararnos", aseguró el burukide del PNV. Y, precisamente, alcanzar la meta de una paz consolidada será labor de todos, indicó Urkullu en un acto que glosó la figura del escritor, poeta y periodista Esteban Urkiaga, Lauaxeta, en el mismo sitio en el que fue abatido hace 75 años en plena Guerra Civil, si bien su espíritu "sigue vivo". "Dana emon biyar yako maite dan askatasunari, démoslo todo por la libertad bien amada", evidenció Urkullu parafraseando a un hombre que fue fusilado por balas franquistas por amar su pueblo.