bilbao. Carmen Gisasola, presa en la cárcel de Zaballa que se desmarcó de ETA, acusa a varias formaciones de la coalición Amaiur de impedir y poner trabas a la adhesión al Acuerdo de Gernika del denominado Colectivo de Presos comprometidos con el irreversible proceso de paz. En una carta escrita y firmada desde el centro penitenciario alavés y remitida esta semana a este diario, la reclusa markinarra señala directamente a dirigentes de la antigua Batasuna, EA y Aralar que dan largas a las reiteradas peticiones de este grupo de reclusos -hasta en cuatro ocasiones- impidiendo su firma e incorporación como colectivo en la declaración suscrita por decenas de colectivos políticos, sindicales y sociales de todo tipo.
En la misiva se alude directamente a Jone Goirizelaia, abogada y ex miembro de la Mesa Nacional de la ilegalizada Herri Batasuna, Patxi Zabaleta, coordinador de Aralar, y Pello Urizar, secretario general de EA, a los que Carmen Gisasola acusa de mentir cuando en sus manifestaciones públicas y ante los medios de comunicación niegan el veto a los presos de la llamada vía Nanclares, nombre con el que se les conoce a los internos desvinculados de la organización armada y críticos con la estrategia violenta.
Como preámbulo de su reflexión, Gisasola lamenta que "por andar templando gaitas" se haya perdido una nueva ocasión en torno al Acuerdo de Gernika, declaración que, a su juicio, "planteaba el tema de los presos y las víctimas en unos parámetros de sensatez que podían servir de marco de referencia para que los presos pudieran dar los pasos que en el marco legal entonces se exigían, y poder empezar a salir de permiso, en tercer grado…".
Tras dejar constancia de su alineamiento con los postulados de la Declaración de Gernika, y la de sus compañeros en este colectivo, la presa desmarcada de ETA acusa a Goirizelaia, Zabaleta y Urizar de "mentir" cuando afirman que no se les ha impuesto un veto para su adhesión. Incluso llega a dar algún detalle preciso del modo, la forma y el lugar en el que transmitieron su voluntad de firmar el Acuerdo. Así, revela que el dirigente de EA y diputado en el Congreso por Amaiur, Rafael Larreina, les visitó en la cárcel de Nanclares en febrero del año pasado (posteriormente, tras el cierre de esta prisión, han pasado a la de Zaballa, también en Álava). "Después de hacerse público el Acuerdo de Gernika le entregamos en mano el escrito de adhesión", precisando que lo hicieron como colectivo, no a título individual, por lo que rechaza la excusa manifestada públicamente por Pello Urizar de que el problema era que "nosotros lo habíamos solicitado a nivel personal".
Sobre Zabaleta, aclara que es "mentira" que el impedimento era sólo "cómo escenificar la adhesión". A este respecto, Gisasola sostiene que "nosotros no queríamos escenificaciones de ningún tipo, sólo respeto y el mismo tratamiento" que a las decenas de grupos que se adhirieron al Acuerdo.
Las críticas más duras van dirigidas contra la exdirigente de la izquierda abertzale ilegalizada Jone Goirizelaia. "Decía que no había veto y ella mejor que nadie sabe quiénes son los que imponen el veto", sostiene en su misiva. Asimismo, arremete contra la abogada por haberles acusado de, con su actitud, buscar una salida personal que perjudicaba a los demás presos. "En esta historia, si hay alguien que ha priorizado su situación personal ésa es Jone", apostilla, y a renglón seguido ejemplifica su acusación con algunos detalles, como cuando se produjo la detención de prácticamente toda la Mesa Nacional de la ilegalizada Batasuna durante una reunión que se estaba celebrando en Segura, en la que ese día ella no estuvo. "Y la dejaron en libertad a pesar de que, en palabras de sus propios compañeros, su nombre era el que más veces aparecía en el sumario. En esto algo tendrán que ver sus delicadas gestiones en los pasillos de la Audiencia Nacional para solucionar su situación personal".
Sobre las acusaciones de que ella y los miembros de la vía Nanclares han priorizado su situación personal frente a la del colectivo de presos, Gisasola señala que "cuando pensábamos que la lucha armada era necesaria nos implicamos sin andar salseando alrededor, y cuando pensamos que había que dejarlo y dar otros pasos, lo hicimos por coherencia y por responsabilidad, para abrir un camino y buscar soluciones". En este sentido, concluye su alegato afirmando que "no tenemos dudas de que nuestra aportación es más positiva para el resto de los presos que la tuya, Jone".
Acusación del EPPK La acusación de Gisasola se suma a la de sus compañeros de prisión que también se incluyen en el grupo de presos disidentes Joseba Urrosolo Sistiaga, Rafael Caride y Kepa Pikabea, que hace una semana remitieron un texto en parámetros parecidos a varios medios de comunicación. Estos reclusos son los principales impulsores de una corriente crítica que reúne en torno a una veintena de miembros -aunque ellos afirman que hay una cantidad indeterminada afín a sus planteamientos que no lo hace por miedo a las presiones que recibirían sus familias- y que fueron apartados del EPPK, el colectivo oficial de presos de ETA y de la izquierda abertzale ilegalizada.
Carmen Gisasola denuncia el veto de los firmantes del Acuerdo de Gernika a los presos de Nanclares
Una imagen de Gisasola tomada el año pasado en Donostia. Foto: R.plaza
"En esta historia, si hay alguien que ha priorizado su situación personal, ésa es Jone"
carmen gisasola
Presa de la 'vía Nanclares'