vitoria. La detención ayer en Roma del presunto miembro de ETA Lander Fernández Arrinda viene a confirmar la hipótesis con la que desde hace tiempo vienen trabajando los expertos en la lucha antiterrorista. Los activistas de la organización armada y su entorno han encontrado en el país transalpino uno de sus refugios favoritos en su huida de la presión que sufren en el Estado francés. Pero las Fuerzas de Seguridad del Estado también han detectado la presencia de integrantes de la banda en el Reino Unido e Irlanda.
Una evidencia que constató el propio ministro del Interior. Interpelado por los periodistas en el Congreso, el titular del Interior adelantó que pueden producirse nuevos arrestos en fechas no lejanas en otros países europeos. "Hoy ha sido en Italia, mañana puede ser, es una forma de hablar, en otros países, porque poseemos muy buena información y mantenemos contactos muy estrechos con los gobiernos y las policías de la Unión Europea", enfatizó Jorge Fernández Díaz, tras advertir de que la Guardia Civil y la Policía española disponen de datos que apuntan a que miembros de ETA actualmente ocultos en Francia están intentado huir a otros países porque "sienten muy de cerca la presión policial".
La captura de Fernández Arrinda fue consecuencia de una orden internacional de detención dictada por la Audiencia Nacional. Natural de Bilbao, el arrestado ayer en una operación conjunta de las Policías española e italiana ya cumplió una condena en Francia tras haber sido detenido en ese país en 2003, junto con otro miembro de la organización armada, cuando se disponían a robar un automóvil. Ambos iban armados. Fue condenado a cinco años de prisión. Las autoridades francesas lo expulsaron tras cumplir condena y en el territorio español quedó en libertad por no tener ninguna acusación en aquel momento.
En 2009 denunció que había sido detenido por unos individuos que se identificaron como ertzainas, en Santutxu, y que le amenazaron y golpearon para que colaborase con la policía. Al año siguiente fue detenido en Barajas cuando regresaba de Venezuela. Entonces fue encarcelado acusado de participar en actos de kale borroka en 2000 y 2002. Se le imputaba la participación en la quema de un autobús urbano. El 3 de julio siguiente fue puesto en libertad bajo fianza de 40.000 euros.
La Audiencia Nacional le condenó en octubre de 2010 a tres años de cárcel por el delito intentado de colaboración con organización terrorista ya que cuatro años antes fue detenido en un control de la Guardia Civil en Berriatua y le fue ocupada una bolsa que contenía seis talonarios con cincuenta papeletas cada uno para un sorteo de apoyo "a entidades situadas bajo la "órbita y control" de ETA. La sentencia fue revocada por el Supremo, por lo que Fernández fue absuelto. Ahora, será juzgado en la Audiencia Nacional a partir del día 21.