Vitoria. La reforma electoral que pretende el PP e impulsa el Ministerio del Interior para que aquellas personas que tuvieron que abandonar Euskadi por la amenaza de ETA puedan votar en las autonómicas sigue generando controversia entre la clase política vasca. Después de que la portavoz del Gobierno Vasco, Idoia Mendia, arremetiera el martes con dureza contra la iniciativa al considerar que podría alimentar "el victimismo", el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, negó la mayor.

A través de su blog, el dirigente popular afirmó que esta reforma, de "profunda justicia democrática", tiene como "único objetivo restituir la normalidad" de la que han sido "privados muchos vascos". "Es un intento por recuperar la autenticidad de un censo vasco que durante años ha ido depurando la amenaza terrorista de ETA", dijo. "El nacionalismo de hoy, de un signo o de otro, ostenta gobiernos y para nada se nutre del victimismo", añadió Basagoiti, quien indicó que las afirmaciones de Mendia son propias de quien "no tiene alternativa que presentar" y sirven para "fortalecer la posición de quienes no quieren hacer nada".

En relación al líder del PNV, Iñigo Urkullu, quien habló de que con esta medida lo que se pretendía era cometer un "pucherazo", Basagoiti opinó que al dirigente nacionalista "le pesa más el miedo electoral" y "la sombra de Bildu" que "la responsabilidad de hacer justicia". En su opinión, el PNV ve esta iniciativa como "inoportuna" porque "se pueda cruzar en el camino de una futura actuación conjunta del proyecto independentista vasco".

"No hable de pucherazo, hable de normalidad democrática, porque de eso se trata", instó Basagoiti a Urkullu, emplazándole a dejar "conveniencias políticas a un lado" y pensar en su "responsabilidad" para recomponer esa normalidad democrática.