Madrid. Rajoy quiere "repensar" el Estado autonómico y aunque diga que la construcción de éste es un camino que "en modo alguno debe ser desandado", prepara una "evaluación" de su funcionamiento que derivará en un proceso recentralizador. La excusa, otra vez, será la crisis económica, la necesidad de limitar el gasto público y la obligatoriedad de "ahorrar" para ganar "eficiencia y eficacia y garantizar que cada competencia es atribuida a una única administración". Así se desprende de lo dicho ayer por el presidente del Gobierno en la toma de posesión de José Manuel Romay Beccaría como nuevo presidente del Consejo de Estado, un acto al que también asistió su antecesor en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero, consejero vitalicio de la institución.
En su discurso, Rajoy defendió la "agenda reformista" de su Gobierno, insistió en aplicarla "con tanta valentía y determinación como equilibrio" y apeló al espíritu de "concordia" de la Constitución de 1978 para abordar los "profundos cambios que necesita España ante la crisis". En su línea, Rajoy volvió a decir una cosa y la contraria en la misma frase. Reivindicó el Estado de las autonomías consagrado en la Carta Magna, pero advirtió de que "es necesario repensar y evaluar la estructuración más adecuada de los poderes públicos".
justificación Un nuevo reparto competencial que vacíe de poder diputaciones regionales, Comunidades Autónomas y ayuntamientos, parece ser la base de la reforma de la administración que prepara el Gobierno y que aplicará a lo largo de la presente legislatura. La orden sigue siendo tajante: "Eliminar duplicidades innecesarias y solapamientos indeseables".
Eso exigirá, reconoció Rajoy, la supresión de entidades y organismos "que no resistan una prueba objetiva de utilidad o cuyo coste resulte desproporcionado para los ciudadanos". El precedente es la reestructuración del sector público estatal donde se suprimieron más de una veintena de empresas públicas "que eran enormemente costosas y que no tenían ningún sentido" y "no ha pasado nada, simplemente ha habido un ahorro muy importante para el erario público".
La reforma de la administración la justifica Rajoy diciendo que su objetivo central es consolidar el Estado del bienestar y, al mismo tiempo, "potenciar el ámbito de autonomía de las personas y erradicar las cortapisas externas a la libertad" individual.