vitoria. El Departamento de Interior empieza a adoptar medidas concretas de cara al uso de las pelotas de goma tras la muerte de Iñigo Cabacas por el impacto de uno de estos proyectiles. El anuncio de que el empleo de este tipo de munición se suprimirá completamente el 1 de enero de 2013 en las unidades de Seguridad Ciudadana no parece ser suficiente, y la Consejería va a modificar las bocachas de las escopetas para anular una de sus tres opciones de disparo, la que se conoce como F (fuerte).

El viceconsejero de Seguridad, Miguel Buen, remitió el pasado jueves a la directora de la Academia de Arkaute, Elena Moreno, una orden en la que le emplazaba a que "se proceda a la modificación del funcionamiento de la bocacha lanzapelotas de dotación policial en la Ertzaintza". El objetivo de ello es "limitar su uso" a las posiciones S -suave- y M -media-. De forma paralela, el jefe de división de Seguridad Ciudadana y Recursos Operativos, Gorka Azarloza, envió una nota a los tres jefes territoriales de la CAV, así como a los responsables de la Brigada Móvil y la Brigada de Refuerzo, en las que les comunicaba esta iniciativa.

En su comunicado, Azarloza emplazaba a todos los mandos a realizar un "inventariado de la dotación de este material" y a establecer un stock de seguridad, es decir, a mantener en comisaría las bocachas necesarias para afrontar cualquier incidencia de orden público mientras el resto son alteradas. Una vez regresaran las bocachas modificadas a cada unidad, se remitirían las restantes a Arkaute para sufrir el mismo proceso.

Esta decisión se ha adoptado después de que el responsable del búnker de la Academia, junto con agentes de la Unidad de Administración y de la Unidad de Brigada Móvil ensayaran el mejor método para gripar las bocachas lanzapelotas de la dotación policial. Finalmente, optaron por una fórmula que se antoja sencilla, y que se adjunta en la notificación de Buen. Se trata de colocar un tope que impida la rotación de la corona selectora hacia la posición F, permitiendo tan solo seleccionar las otras dos.

Reunión en Arkaute Esta iniciativa deriva de la orden emitida el día 13 por el jefe de Seguridad Ciudadana, Josu Gotzon Lujua, en la que establecía un protocolo para el "uso de escopeta con bocacha en funciones antidisturbios". Una de las indicaciones era que "la bocacha se colocará siempre en la posición S o M". Añadía que "queda terminantemente prohibida la utilización de la bocacha en la posición F", veto que solo afecta a las unidades de Seguridad Ciudadana y del que están exentas la Brigada Móvil y la Brigada de Refuerzo. Eso sí, en estos dos casos el empleo de esta posición queda supeditado a "una autorización expresa de las jefaturas de estas unidades".

El mandato de Miguel Buen no hace sino llevar a sus últimas consecuencias esta nueva disposición, toda vez que las bocachas quedarán inutilizadas de facto para su uso en la opción que da mayor potencia al disparo de las pelotas de goma. El viceconsejero también establece el procedimiento de recogida y entrega de las bocachas para su modificación. Así, por orden de prioridad, se empezaría por la comisaría de Bilbao, seguida de las de Gasteiz, Donostia y Sestao. El resto se ordenaría por territorio: Bizkaia, Gipuzkoa y Araba.

Elena Moreno ha convocado al Consejo Rector de la Academia de Policía del País Vasco -el máximo órgano de Arkaute- a una sesión el próximo miércoles. En el orden del día se incluye la comunicación de los cambios introducidos en el Plan de Formación Continua de 2012 en lo que al material y procedimiento antidisturbios se refiere.

El Departamento que dirige Rodolfo Ares está poniendo coto a las pelotas de goma pese a que todavía se desconocen los detalles de la actuación policial del pasado día 5, tras el partido entre el Athletic y el Schalke 04, que se saldó con el fallecimiento, días después, de Iñigo Cabacas. Así, resulta importante saber tanto la posición en que estaban las bocachas esa noche, como el modelo de escopeta que se usó, cuestiones ambas que están en sede judicial. En el caso de las escopetas, ertzainas explicaron que, tras ser sustituidas en 2011 por un nuevo modelo, el proceso de adaptación a las mismas se ha limitado, en muchos casos, a "pegar diez o veinte tiros en una mañana".