BILBAO. En comparecencia ante los medios, varios miembros de la comisión permanente de esa coordinadora han leído un comunicado en euskera y castellano en el que han pedido acabar con la política penitenciaria "supeditada a la política antiterrorista" y así, han instado a "definir" una nueva estrategia "que sea respetuosa con las víctimas y con los derechos de los presos", dentro del actual marco legal.

Han rechazado una amnistía de los presos de ETA y ha defendido "la revisión del cumplimiento de penas" sólo tras "la evolución del posicionamiento individualizado del preso, respecto al delito cometido y a las víctimas".

Así, Gesto por la Paz ha considerado que "ETA y todo su entorno" siguen siendo "el mayor impedimento para una revisión de las penas" de esos reclusos ya que "mantienen férreamente su disciplina en las prisiones impidiendo el acceso individualizado a los beneficios penitenciarios".

A su entender, "las personas que hayan cometido delitos de terrorismo deben responder de sus delitos" pero ha pedido que finalice el tratamiento "excepcional" a ese tipo de presos. En este sentido, ha instado a excarcelar a reclusos de la banda "que sufren enfermedades graves e incurables" y a acercar de manera generalizada a los presos ETA a cárceles cercanas a su residencia para terminar con "el castigo añadido" que han sufrido las familias y fomentar su reinserción.

La coordinadora ha instado a "lograr un consenso social y político acerca de la reinserción" de los terroristas que hayan reconocido el daño causado y han descartado que éstos deban pedir perdón a las víctimas para evitar "cualquier atisbo de exigencia" a éstas.

A su juicio, las víctimas "tienen pleno derecho a la participación cívica, pero no deben tener un especial protagonismo en la aplicación concreta de la política penitenciaria que regula los procesos de reinserción de sus agresores".

Este colectivo Gesto por la Paz celebró en febrero en Bilbao su última manifestación, con la que puso fin a un cuarto de siglo de movilizaciones silenciosas en las calles de Euskadi para expresar el rechazo social al terrorismo, simbolizado en un lazo azul.