Vitoria. Rodolfo Ares pidió ayer perdón y asumió "toda la responsabilidad política" por el pelotazo que segó la vida del joven basauritarra Iñigo Cabacas, un mea culpa que no estará acompañado de la dimisión del consejero de Interior, quien defendió y justifico la intervención de la Ertzaintza en la fatídica noche del 5 de abril sin aclarar lo sucedido.

Una semana después de que el hincha del Athletic perdiera la vida en los incidentes originados tras el partido de este equipo contra los alemanes del Schalke 04, Ares compareció en el Parlamento Vasco para analizar unos hechos que tras la intervención del titular de Interior mantienen intactos muchos de los interrogantes que siguen sin respuesta.

El propio Ares admitió sus dudas sobre si la muerte de Cabacas se debió a una "negligencia o una fatalidad", pero asumió tras conocer el resultado del informe forense que el deceso fue producto del impacto de una pelota de goma lanzada por "uno de nuestros agentes" en las calles bilbaínas. "Algo ha fallado". A partir de ahí, el consejero justificó la intervención de la Ertzaintza ante la llamada que recibieron estos efectivos alertando de disturbios en una concurrida zona de bares de la capital vizcaína y destacó que este hecho luctuoso no debe ser suficiente para poner en duda la trayectoria del cuerpo policial autonómico. "Cualquier servidor público pude cometer un error o un exceso", apuntó.

De momento, el caso ya está en manos de un juzgado bilbaíno y el propio Ares ordenó un día después de los hechos la apertura de una investigación en el seno de la Policía autonómica para depurar responsabilidades, sin que hasta la fecha se conozca el alcance estas pesquisas. Ante este escenario pidió tiempo, consciente de que tanto la información que aportó a la comisión legislativa como los datos que añadió el jefe de la Ertzaintza, José Antonio Varela, no ponen negro sobre blanco en la búsqueda de la verdad.

El consejero dejó en manos del mando policial el relato concreto de los hechos y se centró en defender la metodología empleada por la Policía en este episodio. Así, recordó que los medios empleados, como la polémicas pelotas de goma que ahora pretende restringir -alegó que antes de la muerte de Cabacas la Ertzaintza ya había contemplado su supresión-, formaban también parte de la forma de trabajo habitual de los equipos antidisturbios "en los cuatro últimos años del señor Balza", aunque se mostró dispuestos a revisar los protocolos de actuación para mejorar las medidas seguridad. Y todo ello con la premisa de que la presencia de la Ertzaintza "no provoca ni rompe la convivencia", sino que, al contrario de estas opiniones, son los propios agentes los que deben hacer frente a los "ataques" que reciben por parte de la ciudadanía.

La intención de Ares de llegar hasta las últimas consecuencias en la investigación para esclarecer los hechos encontró la acogida favorable del resto de los grupos de la Cámara vasca. De igual manera, PNV, PSE y PP compartieron la necesidad de "proteger el prestigio" de los agentes vascos en estos momentos, según apostilló el jeltzale Mikel Martinez, pero también hubo discrepancias.

Para empezar, con la salvedad del férreo respaldo de los socios preferentes del PP y el lógico procedentes de las filas socialistas, Ares se enfrentó a las críticas de los demás partidos por su forma de gestionar este caso, con "declaraciones tardías", según increparon desde el PNV y con una versión de los hechos que, en opinión de Juanjo Agirrezabala (EA), no se corresponde con el testimonio de los presentes en el lugar de los hechos. Por parte de Ezker Anitza, Mikel Arana vio como único interés del consejero "defender la actuación de la Ertzaintza, que es indefendible". Además, declaró que le sonó "raro" la existencia de "tantos datos para una cosas y tan pocos para otras" a la hora de esclarecer por qué una pelota de goma acabó siendo disparada contra la cabeza de Iñigo Cabacas.

La lectura que extrae Aralar de estos luctuosos hechos es que los agentes de la Ertzaintza deben saber que carecen de impunidad y que podrán ser "juzgados" como el resto de la sociedad dependiendo de sus acciones. Mikel Martinez añadió que su partido ha recibido denuncias recientes en las que se pone de manifiesto la "excesiva agresividad" de algunos agentes de este cuerpo a la hora de aplicar las medidas policiales.

Desde la izquierda abertzale exigieron la dimisión de Ares al considerarlo "responsable político" de la muerte de Cabacas y criticaron que "haya mentido descaradamente y ocultado información".