BILBAO. El PNV ha recibido una buena noticia en la comisión parlamentaria del 'caso Miñano', que le exime de responsabilidades como partido.

Es lo que hemos defendido siempre: que el PNV no tiene nada que ver. Desde el primer día hemos procedido tanto en lo que se conoce públicamente como en lo que no ha salido a la luz, dejando que sean los procesos judiciales los que dictaminen. Con respecto a la comisión, uno piensa si estas fórmulas tienen ya el crédito suficiente cuando el objetivo de algunos es hacer juicios paralelos.

Han surgido críticos con los máximos burukides de Gipuzkoa y Araba. ¿Los resultados electorales han sido el detonante o hay más?

No lo sé. No es una cuestión de ámbito nacional y, por tanto, como presidente del EBB, respeto el proceso.

El sector de los exalcaldes ha entregado un documento a Egibar en el que recomienda un alejamiento de Bildu. ¿Es la solución?

Sé lo que he leído en los medios de comunicación. En el anterior EBB conocimos tras las elecciones municipales y forales la reflexión a la que se quería proceder en Gipuzkoa, y un plan de acción y de oposición que fue aprobado en la asamblea territorial de octubre. Confío en que, también en otros territorios, hayamos hecho el análisis debido de los resultados y las estrategias a abordar.

¿Hay receptividad a la hora de constatar los errores y aciertos?

Todos somos conscientes de cuáles son las fortalezas y debilidades del PNV. Dentro de cada uno de los territorios, y no en uno ni dos, hay que analizar teniendo en cuenta que tenemos el reto de las elecciones autonómicas, y que el reparto de esos votos que hayamos podido tener en las municipales o en las generales es distinto al reparto en los 25 escaños que corresponden a cada territorio.

Pero sí es cierto que Markel Olano ha lamentado que Bildu les "escupiera en la mano". ¿Se arrepienten de apoyar sus presupuestos?

Es verdad lo que dice Markel Olano, porque fue el PNV quien hizo lo que Bildu no hizo para que pudiera estar en las elecciones, porque no entró al juego de PP y PSE para impedirle el acceso al gobierno donde fue la lista más votada, y porque accedió a la negociación de los presupuestos. Sin embargo, nos topamos con críticas que no son de recibo.

En el Congreso, Amaiur les tendió la mano para defender reivindicaciones abertzales. ¿Ha habido contacto?

Como con cualquier otra formación. El PNV presentó una batería de iniciativas nada más iniciar la legislatura. Amaiur sigue en la dinámica de ver cuál es el papel que le corresponde dentro del Grupo Mixto.

ELA y LAB se están distanciando.

Lo encuadro en esa dinámica de frentismo que ha existido en el ámbito político y en el sindical. ELA sostiene que, tras el acceso de la izquierda abertzale al gobierno de las instituciones, LAB hace seguidismo. No sé si es verdad. En cualquier caso, los sindicatos quizás tengan que hacer una reflexión sobre el sitio que ocupan, si quieren ser sindicatos del siglo XXI.

Volviendo a la renovación del PNV, se especula con una candidatura de consenso de Xabier Agirre en el ABB.

El presidente del EBB no va a entrar en esas cuestiones.

¿Le preocupa que se vuelva a hablar de dos almas en el PNV?

No es verdad que existan dos almas, sino cientos de miles de almas que piensan en la clave del PNV, atendiendo también a las especificidades de cada territorio. Salvando esas características, abogo por un modelo PNV.

¿Tiene el nombre de algún candidato a lehendakari en la cabeza?

No hemos abordado ese tiempo. El próximo reto que tenemos es recuperar Lehendakaritza, y tenemos que preparar todo para que la maquinaria esté dispuesta. Eso provoca reflexiones, y en esa fase estoy, sí.

Es decir, que ya tiene un nombre en mente.

No. Estoy en la fase reflexiva sobre las elecciones autonómicas.

Usted mismo figura en las quinielas.

No entro en el terreno de los nombres. Al menos, en público.

Pero, ¿se ve más en el partido o también como lehendakari?

Responda como responda, va a ser interpretado de una u otra manera.