vitoria. El Gabinete Rajoy quiere tomar definitivamente el pulso a la situación que atraviesa la búsqueda del fin definitivo de ETA, y para lograrlo, su ministro del Interior, Jorge Fernández Díez, viajará este martes a Euskadi para entrevistarse con su homólogo vasco, Rodolfo Ares, y analizar con él asuntos como la protección de aquellos que hasta ahora estaban amenazados por esta organización o la conveniencia o no de aplicar la política penitenciaria más flexible que ya exige incluso el propio Patxi López.

Fernández Díez viajará acompañado de buena parte de su equipo -el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, y los directores generales de la Guardia Civil y la Policía Nacional, Arsenio Fernández de Mesa e Ignacio Cosidó, respectivamente-, mientras que Ares acudirá a la cita en el palacio Artaza de Leioa igualmente escoltado por el viceconsejero de Seguridad, Miguel Buen, el jefe de la Ertzaintza, José Antonio Varela, y otros mandos de la Policía vasca.

La cita servirá para tener un primer contacto después de la llegada del Partido Popular al Gobierno español, pero la intención de ambos Gabinetes es que no se quede sólo en eso, sino que sirva para empezar a abordar desde ya temas pendientes de ser tratados entre ambas partes después del anuncio de ETA de poner fin de forma definitiva a su actividad armada.

elegir la estrategia Definir cuál será la mejor estrategia para conseguir la consolidación de este objetivo será la clave de la cita, y para acotarla, ambos Gabinetes intercambiarán sus puntos de vista sobre aspectos como la conveniencia de revisar la política de asignación de escoltas o la modificación de la política penitenciara, que vienen generando sonoros desencuentros entre el Gobierno de Patxi López y los principales líderes del PP que aún le sostiene en Ajuria Enea.

deberes a la izquierda abertzale Al margen del encuentro de los titulares de Interior, también los partidos siguen trabajando en el dibujo de la hoja de ruta más eficaz. Y en este sentido, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, tiene claro que la única responsabilidad en la consolidación de la paz les compete a ETA y a "quienes hayan podido justificar la práctica de la violencia". La izquierda abertzale "puede tener sus urgencias", pero son conscientes de lo que tienen que hacer, que pasa por "desmarcarse de un pasado y reconocer el daño causado", aseveró ayer ante los micrófonos de Radio Euskadi.

Urkullu rechazaba así que, en un momento de reproches y peticiones cruzadas para desbloquear la situación y lograr avances, su partido vaya a apoyar a la antigua Batasuna en su reivindicaciones porque, según indicó, "ellos saben que ése es su negociado". "El resto hemos hechos los deberes de la izquierda abertzale para que pudieran estar en las pasadas elecciones. Por ello, el PNV seguirá haciendo, pero sin publicidad", dijo, anunciando así que la formación jeltzale evitará en la medida de lo posible la discusión pública para moverse con discreción. "Lo primero que hay que hacer es hablar menos de esto públicamente", insistió, ante una dinámica de continuas declaraciones contrapuestas sobre "qué es lo que habría que hacer" que según advirtió "no conduce a nada".

En todo caso, Urkullu sí defendió que la normalización de la convivencia política pasa por la supresión de las "excepcionalidades legales" que se han ido consolidando como elemento distorsionador propio de Euskadi como respuesta ante la existencia terrorismo.