DONOSTIA

EL martes se cumplirá un año del anuncio de ETA de un "alto el fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional". En el lenguaje siempre críptico de la organización armada, se daba el pistoletazo de salida para que la izquierda aberzale empezara a hacerse dueña de su tiempo político frente a la opción de las armas. El año transcurrido ha sido propicio en acontecimientos, entre ellos, un posterior comunicado de ETA que certificaba el cese definitivo de la actividad armada, aunque sin dar el paso definitivo de su desaparición.

En el ámbito político, el alto el fuego del 10 de enero de 2011 contribuyó a que el Tribunal Constitucional permitiera a Bildu estar presente en las elecciones municipales y forales, lo que se convirtió en la puerta de entrada de la formación para gobernar en Gipuzkoa. El declive del Gobierno de Patxi López, el empeoramiento de la situación económica y las elecciones generales -con vuelco electoral en el Estado y mayoría absoluta del PP, así como triunfo en votos del PNV en Euskadi y un estupendo resultado para Amaiur- han marcado un año trepidante.

Los analistas consultados por este diario hacen un repaso a estos acontecimientos y dirigen su mirada a lo que depara el futuro. Cada uno con voz propia, todos ellos coinciden en dos cosas: ETA no tiene vuelta atrás y los presos son el próximo movimiento en el tablero de ajedrez.

javier elzo

Transitoriedad y polaridad

Como buen sociólogo, Javier Elzo no olvida contextualizar lo ocurrido este año en el evento que ha borrado casi todo lo demás de un plumazo. "La crisis económica ha sido un factor extremadamente potente en el conjunto del Estado y también en Euskadi, lo que en parte explica que el anuncio de alto el fuego y, con posterioridad, que ETA dejase las armas haya pasado relativamente desapercibida para la gran mayoría de la población".

Para el catedrático emérito de la Universidad de Deusto "nos encontramos en una situación de transitoriedad. La representación de Bildu en Gipuzkoa es mayor de la que, en mi opinión, se corresponde con la realidad sociológica del País Vasco. También creo que se vive una situación de transición a nivel del Estado: el bajón impresionante que ha tenido el PSOE no corresponde con el incremento del PP. O yo me equivoco fuertemente o esto no se corresponde con la sociología electoral actual, que no ha cambiado tanto en los últimos treinta años. Aplicando mi tesis del núcleo duro y la periferia, ocurre que Bildu tiene en este momento una periferia grande, pero que siga así en el futuro depende de bastantes cosas, entre otras, de cómo actúe en las instituciones".

Este aspecto llama la atención de Elzo: "Aún es pronto para juzgarlo, pero en el aspecto puramente político no parece que Bildu esté haciendo las cosas tan mal. En Gipuzkoa ha conseguido pactar los presupuestos con el PNV y los impuestos con el PSE. Eso significa un éxito muy importante para Bildu, porque se le va a juzgar no por cuestiones como la independencia, sino por las cosas del día a día", asevera.

También percibe "una acentuación de la polaridad. En Euskadi, sobre todo en Gipuzkoa, hacia la izquierda abertzale, y una polaridad hacia la derecha en España. Por eso me parece que es una situación que no se corresponde con la realidad sociológica", insiste. Esta polaridad, a su juicio, se traslada miméticamente al proceso de paz. "Bildu y su mundo van a poner el acento en el tema de los presos, mientras que el entorno del PP o del PSOE, que siempre hace seguidismo en estas cosas, ponen el acento en el tema de las víctimas". Sin temor a que le tachen de "equidistante", afirma que esa polaridad "es mala cosa para que se plantee una reconciliación social y cívica. Hay demasiado ruido con el tema de las víctimas y mucho ruido en el tema de los presos. Eso no es bueno para la reconciliación".

¿En un mundo ideal qué debería pasar para que el proceso de paz culmine con bien? "Lo que haría falta es cuidar los gestos, las posturas de acercamiento, que hubiera relatos compartidos, que se escuchasen unos relatos a otros, no solamente los suyos con los suyos". Al contrario de lo que opina Jesús Eguiguren sobre que la reconciliación será fácil, Elzo opina que, más bien, "hablaremos de una coexistencia pacífica, que ya la vivimos más o menos en el franquismo", o de una "relativa convivencia", sabiendo que "con unos no puedo hablar de esto y con otros de lo otro, que es lo que hemos hecho en los últimos años". Pero la reconciliación "es otra cosa; se ponen encima de la mesa los relatos y las historias de unos y de otros, y escucharnos. Eso va a costar mucho".

Convencido de que no hay vuelta atrás en la decisión de ETA de dejar las armas, no descarta que pudiera haber algún ataque armado y trae a la memoria el infausto recuerdo del atentado de Omagh, llevado a cabo por disidentes republicanos en Irlanda del Norte tras la firma del Acuerdo de Viernes Santo. "Para lograr la paz lo que hace falta una vez más es que los dos polos den pasos. En primer lugar, que la izquierda abertzale reconozca más claramente el daño causado y que entienda que lo que ha hecho está mal". Y al "polo" del Gobierno del PP le pide que "solucione el tema de los presos. Antes y después los presos de ETA se han utilizado como moneda de cambio y el ejemplo más claro es Arnaldo Otegi, que ha sido interlocutor aceptado por José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. ¡Y luego le meten a la cárcel!".

Begoña Errazti

Se impone la economía

Para Begoña Errazti, "ETA está escenificando largamente un proceso que se puede hacer de manera más rápida. Todavía estamos ante la espera de que la organización deje las armas de verdad, cuestión que no se ha dado: no ha dicho me disuelvo o desaparezco". Alejada de la primera línea de la política desde 2007, Errazti considera que la organización armada "todavía sigue insistiendo, sobre todo en el caso de los presos, dando la sensación de que quiere tener voz política. Está claro que la sociedad en absoluto lo aceptará", sentencia.

El año transcurrido desde que ETA declarara el alto el fuego se ha traducido "lógicamente" en un sentimiento de alivio de la sociedad vasca, pero Errazti muestra su inquietud por que no se vaya más allá. "No creo que haya un proceso de paz como tal -reconoce-. En este momento está por ver qué va a hacer Rajoy, aunque es una cuestión de inteligencia política y no va a tener más remedio que realizar un gesto, aunque no tiene prisa y la crisis económica justifica cualquier cosa. Por otro lado, el mundo que rodea a Bildu va a tener que buscar una salida, porque no le queda otra. Pero no veo un proceso de paz, en el que se aborde un conflicto o qué asuntos colaterales existen... No lo hay y no tiene visos de haberlo", resume la actual directora del Centro de Promoción de la Mujer de Bizkaia.

"Otra cosa es que se vayan solucionando cuestiones pequeñas, que se puedan ver como grandes cosas según cómo se vendan". Un ejemplo sería aplicar la política penitenciaria que marca el Derecho y que incluso "sería de humanidad". "Eso lo podría vender el Gobierno de Rajoy sin grandes alharacas y también podría ser esgrimido por el otro lado como un gran logro". La expolítica recomienda poner "atención en la cuestión de los presos". "Si ETA pretende tener voz en esta cuestión, se va a equivocar mucho". De cara al año que ahora se inicia, se atreve a pronosticar que la formación Sortu contará con el aval de la legalización y se presentará a las próximas elecciones autonómicas. "En las comicios al Parlamento Vasco se juega realmente la partida y quién estará en Ajuria-Enea dentro de dos años".

Pese al escepticismo que se trasluce de sus palabras, la expresidenta de EA rechaza la posibilidad de una vuelta atrás en la actividad armada. "Creo que ETA ha terminado, claramente, pero lo que ocurre es que hay que saber marcharse y hoy por hoy no parece que hay un proceso al uso de negociación, es una indefinición perniciosa para la sociedad vasca".

Con todo, después de un año muy movido políticamente, Errazti reconoce que la sociedad ha estado "mucho más atenta a la realidad económica", que ha distorsionado todo lo demás. "El problema de la economía ha sido tan grave que ha quitado hasta la ilusión que ha podido generar el fin de ETA". De hecho, considera que 2012 va a estar mediatizado, más que por las consecuencias del fin de la violencia de ETA, "por la crisis económica, que es lo más preocupante y lo que en este momento requiere grandes dosis de realismo político".

Floren aoiz

La pelota, en el tejado de Rajoy

"Ha sido un año muy fructífero", resume Floren Aoiz, histórico dirigente de Batasuna y que ahora sigue su carrera como escritor, lejos de la primera línea de la política aunque dentro de la izquierda abertzale. A su juicio, todo lo ocurrido desde que ETA declarara el alto el fuego se ha traducido en "uno de los años más importantes por acumulación de acontecimientos".

Después de "un periodo de gran agitación", Aoiz identifica el momento como un cúmulo de "esperas", de incertidumbres relacionadas con la actitud que tomarán algunos partidos políticos, y sobre todo, el PP. De cara al año que comienza, al exdirigente de Herri Batasuna y Batasuna detecta "algunos agentes del nacionalismo español, pero también de la sociedad vasca, que están un poco atropellados por las circunstancias. Da la sensación de que aún están desbordados y que no han sido capaces de digerir lo ocurrido". Por el contrario, Aoiz señala que lo sucedido en el último año "ha demostrado un fenómeno histórico muy importante: la capacidad que ha tenido ETA para precipitar acontecimientos, para plantear verdaderos terremotos sociales y políticos, para condicionar la vida del país, guste o no guste".

También es consciente del escaso margen de maniobra que tiene el PP, un partido que, a juicio de Aoiz, "es esclavo de sus propias contradicciones internas, y que no va a poder hacer muchas cosas". Pero de llevarlas a cabo, sugiere empezar por lo más "sencillo". "En materia penitenciaria pediría que se cumpliera la propia ley, en concreto, que los presos sean trasladados lo más cerca posible de sus domicilios, y que las personas enfermas y que han cumplido las tres cuartas partes de la condena salgan en libertad". El segundo paso es "la garantía de un diálogo político con condiciones de igualdad, que significa la no aplicación de la Ley de Partidos, el fin de la criminalización y los encarcelamientos, que todas las fuerzas políticas puedan defender sus posiciones en igualdad de condiciones, y que se establezca un diálogo que vaya a la naturaleza del conflicto".

Como el resto de analistas consultados, no ve posible una vuelta atrás en la decisión de ETA de abandonar las armas, aunque percibe "el peligro a medio y largo plazo de una falta de equivalencia entre la voluntad de ETA y la sociedad vasca, absolutamente comprometidos con este nuevo tiempo, y la actitud de otros agentes. La pelota está ahora en otros tejados y son otros lo que tienen que demostrar una voluntad que hasta ahora no han hecho. Una solución política no puede basarse en solo impulsos unilaterales".

pello salaburu

Presos "secuestrados"

Aunque por motivos muy diferentes, Pello Salaburu considera también que "no hay marcha atrás". En opinión del exrector de la UPV/EHU ,"la razón fundamental de que ETA haya cerrado la persiana es que no podían más. A partir de que llegaron a esa conclusión, cada uno ha vestido el santo como le ha dado la gana. No ha habido ni pasos de ETA ni nada. Lo que ha habido es una presión policial y judicial enorme, por un lado, y, por otro, una presión de su propia gente, que estaba hasta el gorro. Dicen que han cerrado la persiana porque han ganado; pero no, no han ganado, es que no podían más". Con todo, valora lo sucedido este año de muy positivo, ya que "ha traído una tranquilidad enorme a la sociedad".

El catedrático de Filología Vasca no tiene dudas sobre lo que va a pasar a partir de ahora: "Los militantes de ETA condenados seguirán en la cárcel, salvo que el Gobierno quiera adoptar algunas medidas extraordinarias con los presos, cosa que dudo vaya a suceder. Podrían pasar cosas, como el acercamiento de algunos, no de todos los presos. Justo lo contrario de lo que pide el colectivo de presos que aún funciona, que los tiene secuestrados", asevera con contundencia. A su juicio, los reclusos de ETA "tienen que ser tratados exactamente igual que el resto. Si tienen derecho a salir de la cárcel, al haber cumplido cierta parte de la condena, que salgan, pero me temo que eso está más en sus manos que en las del ministerio, porque tienen que cumplir antes una serie de requisitos".

En este mismo sentido, augura que "Rajoy se va a limitar a aplicar la ley, porque ni él ni el PP tienen muchas cosas que ganar con este tema. Sobre todo, mientras ETA no se disuelva como organización y mientras los presos sigan funcionando como colectivo". También evidencia el cambio político ocurrido en el último año. "Euskadi ha cambiado y se está pareciendo a lo que debe ser una sociedad normalizada". De cara al futuro más próximo, a Salaburu le "encantaría que en Euskadi los efectos de la crisis fueran mucho menores de los que son ahora". Pero también que "desaparezcan de una vez los restos de lo que hemos vivido durante mucho tiempo, las amenazas y las coacciones que se han sufrido con más fuerza en los pueblos. Daría mucho sosiego a esta sociedad, que tanto lo necesita".