Ha vuelto a suceder. Todos los partidos, medios de comunicación y ciudadanos informados saben lo que piensa Jesús Eguiguren con respecto a la gestión del camino hacia la paz o sobre el acuerdo que liga a PSE y PP y que acabó con treinta años de gobiernos nacionalistas. Y sin embargo, cada vez que el presidente del PSE-EE concede una entrevista se desata una tormenta política en la que el primer sorprendido parece ser él mismo. Ayer, como ocurrió justo después del anuncio del cese de la violencia por parte de ETA, o cuando dibujó para La Sexta un escenario que escandalizó a todo el Estado pero que luego los hechos han confirmado, Eguiguren era la persona más buscada en el Parlamento y él, hombre de naturaleza reservada, se sentía abrumado por despertar tanto revuelo.

"No tengo más que decir, ya he dicho mil veces lo que pienso y no lo voy a repetir", prometió el presidente socialista, que en esta última ocasión defendió en El Diario Vasco la ruptura con el PP en Euskadi si Rajoy no impulsa el proceso de paz.

Lo hizo en un momento en el que los partidos nacionalistas cuestionan ese acuerdo más que nunca, justo cuando Patxi López se queda solo como barón socialista, y cuando los populares amenazan con hacerle la última parte de su mandato un poco más incómoda al lehendakari. En ese contexto reclamó que el PSE y el PP, "una rémora en muchos sentidos", partan peras, liquiden la legislatura y vuelen por separado para llegar cada cual en las mejores condiciones posibles a las autonómicas.

Y no sólo eso, también dijo tener una buena relación personal con el lehendakari López, pero le reclamó liderazgo una vez más -no es la primera ni la segunda vez que lo hace- y lo juzgó demasiado influenciado por su entorno en el Gobierno, compuesto por otra parte por miembros de su propio partido.

La magnitud de la tormenta sólo fue atemperada por el hecho de que no es la primera vez que sucede, y no tanto porque Eguiguren prometiera que aprenderá "a estar callado", compromiso que ya adquirió en anteriores ocasiones con el resultado por todos conocido. No es la primera ni la segunda vez que Eguiguren dice que controlará sus declaraciones, y lo cierto es que no es una persona que se prodigue en los medios de comunicación. Sin embargo, como él mismo confesó, prefiere decir lo que piensa a ser "políticamente correcto", y eso le ha llevado incluso a criticar en varias ocasiones a un lehendakari que le ha defendido públicamente del fuego provocado por sus pensamientos en voz alta. Tras el anuncio del fin de la violencia, Eguiguren dijo que López "debería haberse quemado por la paz".