vitoria. La peculiar situación que padecen los habitantes de Trebiño también se pone de manifiesto cada vez que llegan las elecciones generales. Para estos ciudadanos vinculados administrativamente a Burgos y, por ende, a Castilla y León, pero inmersos geográficamente y en su día a día en el territorio alavés, las opciones que tienen a su disposición en los colegios electorales se alejan -nunca mejor dicho- de los dirigentes más cercanos cuyas imágenes pueblan las fachadas publicitarias de los aledaños trebiñeses.
La respuesta del enclave fue determinante: frente al 28% de abstención que se alcanzó de media en el Estado, los votantes de La Puebla de Arganzón arrojaron una tasa del 34%, mientras que sus vecinos del Condado de Trebiño subieron el listón de faltas de asistencia a los colegios electorales hasta un elocuente 43%.
En lo que se refiere a los votos nulos la cosa tampoco fue muy diferente. Sólo uno de cada cien votos emitidos en España tienen esta consideración, pero en el caso de Trebiño, la media entre los dos municipios que lo componen ronda el 8% del total.
La conjunción de dinámicas en este capítulo contrasta con la diferencia de opiniones que tienen los pocos treviñeses que decidieron hacer caso a los insistentes mensajes de los diversos partidos políticos e ir a votar en la jornada dominical. Una vez finalizado el escrutinio, el colegio electoral de La Puebla de Arganzón arrojó un saldo de 86 votos para el PSOE y 84 para la formación de Mariano Rajoy. Los populares, por el contrario, dieron la vuelta a estos resultados en la urna del Condado de Trebiño y lograron 270 sufragios para sus candidatos frente a los 152 que alcanzó la plancha socialista. El resto de los apoyos se repartieron entre las diez fuerzas que obtuvieron al menos una papeleta en este enclave.