el cairo. En los últimos meses hubo constantes rumores sobre la captura o muerte del hijo favorito de Muamar al Gadafi, Saif al Islam. Ahora, su huida terminó realmente y todos los miembros del clan Gadafi están muertos, en el exilio o entre rejas. Hace menos de un mes, el último de los hijos de Gadafi que aún se escondía en Libia había llamado una vez más a la lucha. "Este es nuestro país, donde vivimos y morimos. Continuaremos resistiendo", amenazó entonces Al Islam a través de un mensaje de audio. Pero su huida terminó finalmente en Al Obari, al sur de Libia, cuando supuestamente intentaba escapar a Níger.
El Consejo Nacional de Transición dio ayer a conocer la noticia de la captura. Los presentes en la rueda de prensa en Trípoli reaccionaron con un espontáneo Allahu Akbar (dios es grande). En todo el país, la gente salió a la calle para festejar el arresto del hijo favorito de Gadafi. Desde hace semanas se especulaba con el paradero de Al Islam, sobre el pesaba una orden de arresto internacional. Se le dio por capturado e incluso por muerto. Y se llegó a decir que se entregaría voluntariamente. Pero en todas las ocasiones las informaciones resultaron ser falsas. Esta vez fue diferente. Tras 40 años en el poder, ahora todos los miembros de la familia Gadafi están muertos, exiliados o encerrados.
Y mientras Libia trabaja para poner en marcha un nuevo gobierno, un Parlamento y una Constitución, el proceso al hijo preferido de Gadafi cerrará el último capítulo de la época anterior. Lo que aún no está claro es como ajustará cuentas la nueva Libia con Al Islam. A día de hoy todavía no están claras las circunstancias de la muerte de Gadafi, el pasado 20 de octubre, lo que hace temer a los defensores de los derechos humanos por la celebración de un juicio justo. Así, tras conocer la noticia, Amnistía Internacional reclamó que el favorito de Gadafi sea transferido a la Corte Penal Internacional (CPI), que emitió una orden de captura internacional contra él.
pidió que le pegaran un tiro El actual responsable de Justicia libio, Mohamed al Alaqui, aseguró que discutiría esta cuestión la semana que viene con el fiscal jefe de la CPI, Luis Moreno-Ocampo. Pero en sus primeras declaraciones, Al Alaqui dejó entrever el deseo del Consejo Nacional de Transición de que Al Islam sea juzgado en Libia. "Confiamos en la Justicia libia y en que hay todas las garantías para un juicio justo e imparcial", dijo ante los medios. Como miembro de la cúpula del antiguo régimen, al segundo hijo de Gadafi se lo acusa de la muerte de cientos de civiles, de torturas y violencia militar contra manifestantes no armados y de violaciones masivas. Si llega a ser declarado culpable de crímenes contra la humanidad, el tribunal de La Haya podría condenarlo a cadena perpetua. En un proceso en Libia podría imponérsele hasta la pena de muerte.
Mientras, según uno de los dirigentes de la brigada rebelde que le detuvo, Al Atiri, el hijo del difunto dictador pidió a los rebeldes que lo detuvieron que acabaran con su vida con un tiro en la cabeza. Según indicó Al Atiri, los rebeldes se negaron a satisfacer la petición del detenido y decidieron tratarlo como un prisionero de guerra.
"Said al Islam pidió ser ejecutado de un disparo en la cabeza, pero nosotros decidimos contactar con la base aérea de Trípoli para que enviara un avión con el que pudiéramos evacuarlo vivo y en buen estado de salud hacia Zintan", dijo. Al Atiri explicó que la brigada que dirige había viajado a la región de Obari, 800 kilómetros al sur de Trípoli, en una misión de seguridad para vigilar el triángulo fronterizo entre Argelia, Libia y Níger. Durante el desempeño de su tarea llegaron informaciones de que "una importante personalidad" del antiguo régimen se dirigía hacia Níger.
Al Atiri agregó que tendieron una emboscada a Salif en la región de Remila, en la que interceptaron dos vehículos todoterreno en uno de los cuales viajaba el hijo del dictador.
"Detuvimos a todos los pasajeros e hicimos todo lo posible para asegurar su seguridad", agregó Al Atiri, que participó en una rueda conjunta con el primer ministro interino Abderrahim al Kib, que anunció oficialmente la captura de Saif al Islam y garantizó que tendría un juicio justo.