damasco. Siria espera la respuesta de la Liga Árabe a las condiciones impuestas para la llegada de los observadores impuestos por la organización panárabe. Damasco propuso algunos cambios a la propuesta inicial del organismo, informó ayer el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, mientras continuó la violencia en el país.

Al Arabi aseguró haber recibido una carta en la noche del jueves del ministro de Exteriores sirio, Walid al Moallem, pidiendo cambios en el protocolo regulador sobre el estatus legal y las tareas de los observadores que viajarán a Siria. "Estamos considerando esos cambios", respondió Al Arabi. Los Estados árabes amenazaron con imponer sanciones económicas al país si Asad no aprueba antes de la noche de este sábado el envío de una misión de observadores.

Turquía y Francia amenazaron ayer al régimen del presidente Bachar al Asad con más medidas sancionadoras si no detiene la violencia contra la oposición, según acordaron ayer en Ankara el ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, y su homólogo francés Alain Juppé. Si el presidente Bachar al Asad no cumple con lo pedido por la Liga Árabe, el Gobierno turco apoyará la imposición de más sanciones al régimen de Damasco, dijo Davutoglu en rueda de prensa conjunta en Ankara.

El ministro turco no quiso pronunciarse sin embargo sobre las informaciones de que Turquía prevé instalar una zona tapón en la parte siria de la frontera que sirva de refugio a los opositores al régimen de Bachar al Asad.

parís se aleja de la intervención Juppé por su parte señaló que cualquier intervención militar sólo será posible con la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El ministro galo expresó además que Francia y Turquía están en la misma línea. "Tenemos que seguir presionando", insistió.

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, rechazó los llamamientos internacionales a una acción más dura contra el régimen sirio. "Llamamos a la contención y a la prudencia", dijo durante un encuentro con el primer ministro francés, François Fillon. Mientras, las manifestaciones de la oposición y la violencia continuaron sobre el terreno. Miles de opositores volvieron a salir a la calle para pedir el fin del régimen de Bachar al Asad y para exigir a los Estados árabes que retiren a sus embajadores de Siria. Según datos de los activistas, hay al menos 16 muertos.

un niño entre los muertos Las fuerzas de seguridad mataron a 12 civiles, entre ellos un niño, al abrir fuego contra los manifestantes en Homs, Hama e Idlib, según fuentes de la oposición. Además, más de 70 personas habrían sido arrestadas en Maaret al Naaman, conocida por ser un feudo de desertores militares. Además, la oposición aseguró que en Deir as Saur el jefe de la ofician de la agencia de noticias Sana, Alaa al Choder, fue detenido, tras haber dimitido en protesta por la censura impuesta y haberse presentado con la boca sellada y un cartel en el que había escrito: "Soy un periodista sirio".

En Damasco, los seguidores de Al Asad se manifestaron también ante la mezquita Omeya para mostrar su apoyo al presidente y denunciar la injerencia extranjera. La televisión Al Arabiya informó, citando medios estatales en Hama, de la muerte de tres miembros de las fuerzas de seguridad por una explosión. Según la ONU, más de 3.500 personas han perdido la vida en Siria desde el inicio del movimiento prodemocrático a mediados de marzo.