BILBAO. Tan apretado como parece el reparto de votos en Euskadi, los partidos políticos intensifican sus agendas y sus discursos en el tramo final de la campaña electoral para arañar el puñado de votos que pueda desequilibrar la distribución de escaños en cada circunscripción electoral.
Los partidos constitucionalistas reducen los comicios del domingo a la elección del presidente del Gobierno español y a si lo hará con o sin mayoría absoluta. Para Amaiur es una estación de tránsito de cara a las próximas autonómicas, mientras que para Ezker Ani-tza es una cuestión de dignidad tras la escisión de Ezker Batua. El PNV, por su parte, echa el resto estos días consciente de que, desde el punto de vista de Euskadi, lo que está en juego el domingo es la presencia de un lobby vasco en las Cortes Generales en Madrid para la defensa y desarrollo del autogobierno y los intereses vascos.
Amaiur desdeña la potencialidad de estar en el Congreso y el Senado y no termina de aclararse, o al menos no lo pone negro sobre blanco, sobre su presencia en Las Cortes ni tampoco sobre el programa que llevará a Madrid. "No es una institución para nuestro día a día", precisan desde la coalición que aglutina a la izquierda abertzale oficial, EA, Alternatiba y Aralar. El resto es una incógnita, salvo que trasladará su reivindicación a favor de la autodeterminación y la territorialidad, iniciativa ensayada en varias ocasiones por el PNV en la misma sede parlamentaria en los últimos años, incluso con un texto articulado refrendado por una mayoría del Parlamento Vasco.
La experiencia de los cuatro últimos años demuestra bien a las claras que son muchas las decisiones que se toman en Madrid que afectan individual o colectivamente a los vascos. El PNV tiene clara la respuesta a la pregunta de cómo se defienden mejor los intereses de Euskadi, estando presente en Madrid o quedándose aquí.
La formación jeltzale ha probado durante las últimas tres décadas, pero especialmente en la última legislatura, lo provechoso de gozar de una buena posición en el Parlamento español. Su grupo parlamentario ha sido determinante en la consecución de un importante paquete de transferencias para Euskadi que han servido para completar casi en su totalidad el Estatuto de Gernika, así como a la hora de pescar inversiones para la financiación de proyectos concretos. El mantra del autogobierno ha adquirido así pleno sentido al vincularlo directamente con la mejora del bienestar y de la calidad de vida de los vascos. Es otra manera de entender la construcción nacional.
Las elecciones del domingo van a marcar un antes y un después para los cuatro partidos de la CAV que optan a lograr representación en las Cortes Generales. Amaiur se juega su arranque electoral hacia las próximas elecciones vascas; el PNV su supremacía en el espectro abertzale; el PP su aproximación a los socialistas; y el PSE/PSOE mantener la compostura ante la deba-cle en ciernes.
Pero también van a suponer un punto de inflexión para el lehendakari López. El rumor de un inevitable adelanto electoral en la CAV va propagándose cada vez con más fuerza. Josu Erkoreka puso ayer los argumentos que pueden hacer verosímil esta hipótesis: "Como cabe suponer, su principal aliado, el PP en Euskadi, le exigirá a Patxi López que se doblegue, que se acomode a las pautas y a las orientaciones que vienen marcadas por Mariano Rajoy. Esto no puede gustar al PSE, pero no le va a quedar más remedio que acomodarse a estas circunstancias y, en esas condiciones, va a resultarle muy difícil sobrevivir".
Quizá por ello, López pidió a Urkullu el pasado 24 de octubre, cuatro días después del anuncio de ETA del fin de su actividad armada, un pacto estructural y a largo plazo. Basagoiti lo leyó en la prensa.