BILBAO. Patxi López ha afirmado que "no es momento de pedir rancho aparte" ni de creer que hay "conflicto político" porque el PNV no gobierna, y ha instado a la "unidad y la suma de esfuerzos" entre partidos, en lugar de buscar "una especie de recogida de beneficios" del fin de la violencia.

El lehendakari ha realizado estas declaraciones después de que el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, asegurara este lunes que López es lehendakari gracias al "conflicto político".

En los desayunos de Fórum Europa-Tribuna Euskadi, el presidente del Gobierno vasco ha recordado que en Euskadi se viven momentos de esperanza "por esta nueva libertad recobrada", tras el anuncio de ETA de su renuncia a la lucha armada. "Es la primera vez, desde hace 75 años, que nuestros candidatos pueden ir por los pueblos del País Vasco sin miedo a las amenazas o del totalitarismo franquista o de la violencia terrorista", ha añadido.

En este sentido, ha dicho que, "frente a quienes buscan aplicar su recetario particular, aún a costa de dividir a la sociedad vasca, en una especie de recogida de beneficios", los socialistas buscan "la unidad y la suma de esfuerzos en Euskadi que el momento que se vive requiere".

A su juicio, "el fin del terrorismo, ha costado demasiado dolor, demasiado sufrimiento, demasiados años perdidos, como para que ahora caigamos en tentación de, para obtener beneficios particulares, dividirnos".

"Hoy no es el momento de pedir rancho aparte, no es el momento de ponerse nervioso creyendo que hay un conflicto político en Euskadi sólo porque algunos no gobiernan, sino que es el momento de fortalecer la unidad de la sociedad vasca para resolver los problemas urgentes que tenemos", ha destacado.

VICTIMAS

Además, el cabeza de lista del PSOE al Congreso por Bizkaia, Eduardo Madina, ha reclamado a las víctimas que "no se callen" porque "son la cara y el nombre propio de la tragedia humana" que ha vivido este país".

Por su parte, el ministro de Presidencia y cabeza de lista por Alava, Ramón Jáuregui, ha insistido en que el Gobierno de Zapatero no adoptará, a 15 días de las elecciones, ninguna medida referente a presos o a otras cuestiones relacionadas con la consolidación de la paz porque será el próximo Ejecutivo que salga de las urnas quien los tenga que abordar.