Madrid. Reza el refranero popular que del dicho al hecho hay un trecho. En caso de que Mariano Rajoy saboree, en su tercer intento, las mieles del éxito electoral el próximo 20-N, el PP tendrá una ocasión de oro para concretar el trecho del eslogan de campaña de que no negociará con ETA. Tras guardar bajo llave las directrices a seguir en la búsqueda de soluciones para la crisis y modular su discurso sobre ETA en función del devenir de los acontecimientos, el candidato popular presentó ayer, a veinte días de las elecciones, un programa electoral que parece no convencer a nadie, a tenor de las distintas reacciones generadas en el seno de los partidos políticos.
En un intento por satisfacer las demandas de una parte significativa de las víctimas y, de paso, acallar las dudas sobre su supuesta tibieza con los activistas de la banda, uno de los pilares electorales del PP pasaría por retomar el viejo proyecto de convertir en ley la doctrina Parot, uno de los puntos que el resto de partidos, entre ellos el PNV, pone en tela de juicio y considera inoportuno.
Además de llevar a cabo una política de tolerancia cero con los activistas de la organización armada, la creación de empleo es otro de los campos en los que el PP pretender convertirse en adalid. Así al menos lo explicó ayer el propio Rajoy en la presentación de la propuesta electoral que pretende desarrollar en los próximos cuatro años, un programa en el que la lucha contra unos activistas inactivos y una tasa de paro de casi cinco millones de personas copan gran parte del protagonismo. "No es un puñado de promesas a los ciudadanos, es un listado de tareas para el Gobierno en el que no hay lugar para el marketing, el artificio o el efectismo", se apresuró a subrayar el presidente de los populares.
En la misma línea cauta que viene mostrando en los últimos meses y sin renunciar a su estilo de no conceder preguntas, Mariano Rajoy aseveró que no pueden solucionar la crisis "los mismos que nos han metido en ella", al tiempo que reafirmó su figura como futuro presidente al adelantar que hará de la transparencia y la sensatez los pilares de su previsible mandato en La Moncloa.
"Claridad, rigor y decisión, o lo que es lo mismo, responsabilidad, realismo y reformas. Son las máximas a las que responde el programa del PP", advirtió Rajoy. Añadió que "soy consciente de que no todo se resuelve con un cambio político, pero también es verdad que nada se puede solucionar sin un cambio político, sin un Ejecutivo que plantee nuevas políticas, sin un cambio responsable de actitudes y actuaciones".
"Brindis al sol" Si bien es cierto que las encuestas dan un buen trecho de margen a las aspiraciones del líder popular, no menos cierto es que los socialistas pretenden plantar batalla hasta el último momento con el argumento de que el PP lleva cuatro años sin concretar ningún tipo de medida específica para salir de la crisis. Por ello, no es de extrañar que la directora del Comité Electoral del PSOE, Elena Valenciano, tildara ayer de "brindis al sol" y de "conjunto de vaguedades" las medidas que recoge el PP en su programa y advirtiera, al igual que el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, que esconde sus verdaderos proyectos.
Mientras desde IU rechazaban de plano las propuestas de Rajoy, el cabeza de lista de ERC por Barcelona, Alfred Bosch, denunciaba que la hoja de ruta con la que se presenta el PP "son cosas que dan miedo", en referencia, entre otras cuestiones, a la recentralización, la homogeneización lingüística o la reintroducción del plan hidrológico.