vitoria. Cuenta la leyenda política que un asesor de Bill Clinton le espetó en plena campaña que no debía centrarse en promesas sociales ni en análisis geopolíticos sino en el dinero si de verdad quería llegar a la Casa Blanca. "Es la economía, estúpido", se dice que impuso como doctrina textualmente en los cuarteles electorales demócratas. O así ha pasado a la historia. Y en una precampaña ya lanzada a toda velocidad hacia los comicios del próximo 20 de noviembre, los partidos vascos parecen dispuestos a no olvidar esta enseñanza. Ni siquiera en un contexto en el que la esperanza de un "nuevo tiempo" en el que la amenaza de ETA sea sólo un trsite recuerdo amenaza con monopolizar el debate.
Así lo reflejó ayer el PNV que, aprovechando la presentación de sus candidatos alaveses a las Cortes españolas -encabezadas por Emilio Olabarria para el Congreso y Claudio Rodríguez para el Senado-, se preocupó por subrayar la defensa que sus representantes han hecho en esta legislatura de los intereses de este territorio frente a otros representantes alaveses, los de PP y PSOE, a los que acusó de moverse entre el desinterés y el estorbo.
El presidente del PNV de Álava, Iñaki Gerenabarena, recordó que fue el PP quien "denunció a las empresas" que recibieron ayudas fiscales en la década de 1990 y, por lo tanto, el que las ha puesto "en apuros" ahora que tienen que devolver el importe. "No han hecho nada por Álava más que estropear las iniciativas y generar una situación como la que se está viviendo ahora", resumió, antes de trasladar sus embates a un Gobierno socialista que -recordó igualmente- presentó una demanda por el caso Rover que le va a costar a Álava "muchos millones". "Rubalcaba y Rajoy, son los responsables directos de la situación financiera de Álava", zanjó rotundo.
En este contexto, los jeltzales reivindicaron su gestión en Madrid y su defensa de los intereses de Álava; "monopolio" exclusivo de sus representantes, como reiteró el candidato Olabarria. Por eso, conscientes de que éstas no serán unas elecciones fáciles para su partido, reivindicó la importancia que supondrá que el PNV vuelva a ser fuerte, y denunció que populares y socialistas hayan impuesto una "brutal polarización" que amenaza con ocultar su oferta. "Las elecciones del próximo 20-N no son para elegir el presidente del Gobierno de España, sino para elegir a quienes pueden hacer algo por la economía, el bienestar y el progreso de la sociedad", reiteraron.
Y mientras el PP seguía ayer centrado en el rechazo de la conferencia de paz, el PSE también acudió a la crisis para sacar músculo de izquierdas, subrayando las "diferencias sustanciales" que hay entre su modelo y el del PP que, según advirtió el candidato Eduardo Madina, lleva "hacia un futuro irreconocible en materia de cohesión social".