VITORIA. Los prolegómenos de la Conferencia Internacional de Paz del próximo lunes vienen marcados por la decisión del PSE de enviar una delegación a la cita y la del Gobierno Vasco de no hacerlo. Y con este debate sobre la mesa, a 48 horas de su celebración, el PSE ha capitalizado buena parte del protagonismo de la cita. Los movimientos de los socialistas se miran con lupa por su situación al frente de los Ejecutivos autonómicos y español y por el runrún creciente sobre movimientos de ETA y el hecho de que esta conferencia se vea, como ayer decía el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, como "un paso adelante" en el camino "imparable" hacia la paz.

Y es que, si este cónclave ofrecía ya atractivos por la mera presencia de personalidades internacionales y las potencialidades que se le habían atribuido, la presencia del PSE le da una pátina de mayor pluralidad -más allá de la nacionalista- y reflejará, ya de salida, una imagen que no se ve desde la famosa reunión que situó frente a frente a Patxi López y Arnaldo Otegi durante el anterior y fallido proceso de paz de Loiola. De paso, la decisión devuelve protagonismo a los socialistas vascos en el ámbito de la pacificación -uno de los objetivos declarados del lehendakari-. Y lo hace en un delicado equilibrio en el que el Gobierno Vasco salvaguarda su posición de firmeza frente al socio preferente, mientras el Partido Socialista no pierde comba en relación a esta cita, por lo que pudiera pasar.

Mientras los organizadores del evento ofrecerán esta tarde más detalles sobre personalidades internacionales que participarán en él, ayer era el turno de dirimir interioridades; de conocer si el PSE consultó su decisión al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, algo que su portavoz, José Blanco, desmintió, para asegurar a continuación que el PSOE sí estaba informado. Hay que recordar que el consejero de Interior, Rodolfo Ares, fue uno de los que estuvo presentes en la reunión del Parlamento Vasco en la que el PSE decidió su participación y que Ares, a su vez, pertenece a la Ejecutiva del PSOE.

"ninguna contradicción" El lehendakari salía al paso de madrugada desde Dallas, donde ha iniciado un viaje oficial a Estados Unidos. Y lo hacía para asegurar que la presencia del PSE -los socialistas vascos prevén anunciar mañana quiénes integrarán su delegación que, en cualquier caso, tomará la palabra durante la conferencia y posteriormente ante la prensa- no es contradictoria con la ausencia del Gobierno Vasco, aun manifestando ciertas reticencias sobre las auténticas intenciones de esta conferencia.

El presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, le insistía ayer vía blog. "Es el momento de ser y de estar. Es el momento de demostrar un compromiso, una cercanía, una complicidad. Es el momento de abrir las puertas y las ventanas de Euskadi a un nuevo tiempo de paz y concordia. Es el momento de las palabras y también de los hechos".

El discurso servía a Urkullu para exigir una vez más a López -exigencia que extendió asimismo a la presidenta del Parlamento Vasco, Arantza Quiroga- que ejerza como anfitrión del cónclave de Donostia. Había insistido el lehendakari horas antes en que no ha recibido al respecto "ninguna invitación", a lo que el candidato jeltzale al Congreso, Josu Erkoreka, había respondido subrayando que no existen invitaciones formales a la conferencia.

Pero las palabras del lehendakari negando "contradicción" entre su decisión de no acudir a esta cita y la determinación opuesta de su partido venía también a intentar zanjar los debates sobre las tensiones que este asunto han podido generar en el seno del socialismo.

No desmienten en el PSE la existencia de distintas opiniones al respecto y, de hecho, la reunión del jueves por la mañana se precipitó tras unas declaraciones de Iñaki Arriola. Pero sí cierran filas sobre su presencia en Donostia, utilizando como asidero vertebrador el decálogo que el propio López presentó en el Pleno de Política General, con el que el lehendakari quiso volver a intentar enarbolar la bandera de la pacificación. "Siempre hemos pedido a ETA que desistan por su cuenta, sin pedir nada, y eso es lo que están haciendo, por lo que no les vamos a pedir que hagan otra cosa porque cualquier otra cosa que hagan será peor", insistía ayer Eguiguren.

Un recurso que no acaba de convencer a su socio preferente. El presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, recogió el testigo del airado discurso de Alfonso Alonso del jueves porque, dijo Basagoiti, supone "hacer la campaña a Batasuna y dar razones a los motivos o pretensiones políticas de la banda con tal de no posicionarse de manera sensata". Pero el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, había ratificado horas antes en Radio Euskadi lo que ya dijo hace una semana en una entrevista a este periódico, "el compromiso del PP de trabajar por la paz".