BILBAO. El exlehendakari José Antonio Ardanza ha reconocido que durante toda su carrera política había "añorado" que llegase un tiempo como este, en el que "por fin la violencia ya no tuviera protagonismo en este país".

"Ese es el ideal con el que yo soñé en mis catorce años como lehendakari", ha señalado Ardanza en la presentación, hoy en Bilbao, de su libro de memorias, titulado "José Antonio Ardanza. Pasión por Euskadi", editado por Destino, en castellano, y por Txertoa, en euskera.

Tras cuatro años como alcalde de Arrasate, dos como diputado general de Gipuzkoa y catorce como lehendakari de Euskadi, Ardanza se ha mostrado convencido de que "de verdad que estamos entrando en una situación sin marcha atrás" para el final de la violencia.

Ha dicho que en esta situación se siente "enormemente feliz", al margen del debate político, "que es -ha expresado- muy circunstancial, muy coyuntural".

Ardanza ha recalcado que "por mucho que se quiera envolver el final de ETA en papel de celofán", sus miembros tendrán que reconocer que "todo ese tiempo ha sido un fracaso y que se tienen que retirar de la circulación", aunque espera que la democracia "sepa ser lo suficientemente generosa".

"Esta sociedad ha sabido imponerse a un proyecto belicoso. Estoy con una actitud de confianza, francamente optimista y contento. Ojalá en mis tiempos de lehendakari nos hubiéramos visto en la necesidad de administrar una situación como esta", ha señalado.

En cuanto a la situación política vasca, ha opinado que el proceso de concentración de las opciones de la izquierda abertzale, "en torno a los 'independientes', que son los que tienen mando en plaza", contribuirá a clarificar el panorama político.

También obligará a estas formaciones a pasar por "el tamiz de la realidad" y afrontar circunstancias que en el pasado consideraban "tan prostituyentes" como la aceptación de la legalidad vigente.

REPASO DE SU VIDA

En sus memorias, Ardanza cuenta su ingreso en la vida política clandestina en la organización juvenil del PNV, EGI. Sus tiempos de estudiante en la Universidad de Deusto, donde coincidió, entre otros, con el entonces profesor Xabier Arzalluz y con el hoy comisario europeo Joaquín Leguina.

Repasa su etapa como alcalde, "años de barricadas y amenazas"; su actividad como diputado general de Gipuzkoa y su llegada a la Lehendakaritza en el marco de la fractura del partido motivada por el enfrentamiento entre Carlos Garaikoetxea y Xabier Arzalluz.

De sus 14 años como lehendakari, Ardanza destaca los acuerdos de gobierno alcanzados con los socialistas, la reestructuración del tejido industrial vasco, "la irrupción del terrorismo de Estado con grupos como los GAL" y la firma del Acuerdo de Ajuria Enea.

Del terrorismo de ETA Ardanza recuerda que "desde enero de 1985, cuando fui elegido lehendakari, y enero de 1999, fecha en la que abandoné Ajuria Enea, trescientas personas perdieron la vida como consecuencia de la violencia".

Valora su buena relación con el Gobierno de Felipe Gonzalez, que permitió a Ajuria Enea "seguir el día a día de las conversaciones de Argel" con ETA, y se pregunta, en relación a los GAL, qué sucedió para que "hombres comprometidos con los valores de la izquierda se implicaran personalmente en acciones terroristas como la tortura, el secuestro o el asesinato".

SOBRE FELIPE GONZÁLEZ Y EL REY

Ardanza revela que trató de mantener "una cierta distancia" con Felipe González, para sentirse "libre y sin ataduras"; que la "sintonía inicial" con José María Aznar "apenas duró año y medio", y que en la actitud de Jordi Pujol hacia lo vasco siempre encontró "un toque altivo", por lo que la relación fue "educada, aunque siempre distante".

Al rey Juan Carlos, según explica, nunca le ha tratado de "majestad", sino de "Señor", porque "entre los numerosos títulos que ostenta está el de Señor de Bizkaia" y ha logrado mantener con él "una relación razonable y una comunicación fluida".

SU RELACIÓN CON ARZALLUZ

Reconoce sus desavenencias con el entonces líder carismático del PNV, Xabier Arzalluz, que comenzaron por sus "declaraciones excesivamente agresivas" y que acabaron por "dejar huella en nuestra relación, que nunca volvió a tener la fluidez que tuvo".

Arzalluz, reflexiona Ardanza en sus memorias, "tenía que haber pasado a la historia del PNV como uno de los grandes líderes del PNV", pero "no supo retirarse a tiempo" y después "no ha sabido mantenerse al margen de las cuestiones del partido". "Tal vez su soberbia la ha jugado malas pasadas", dice el exlehendakari del expresidente del PNV.

Las memorias de Ardanza han sido escritas con la participación de dos de sus más cercanos colaboradores en su época como lehendakari, el que fuera de responsable de comunicación, Bingen Zupiria, y su secretaria personal, Pilar García de Salazar.

Ramón Perelló, de la editorial Destino, ha insistido en que el libro no compendia unas memorias de un político al uso, sino las de un ciudadano "comprometido y enamorado de este país".