vitoria. Lejos de servir para limar diferencias, las horas que separan a Ezker Batua de la asamblea convocada este sábado por el sector madracista la están empujando a una ruptura irremediable que ahora se ha trasladado incluso a los órganos directivos del partido en Madrid.

Pese a que en un principio rechazó seguir calentando la celebración del congreso en el que los críticos pretenden descabalgarle del poder, el coordinador general de EB, Mikel Arana, se plantó ayer ante la prensa para sacar músculo presentando el apoyo de la Ejecutiva Federal de IU como aval suficiente para ser el heredero legítimo del trono que dejó libre Javier Madrazo. Para ello se hizo acompañar de los responsables de Organización y Campaña de IU, que explicaron cómo este órgano acordó a mediados de septiembre pedir la desconvocatoria de la asamblea madracista y hacer suya la amenaza con la que Arana trata de sujetar a sus rivales: quienes participen en este congreso quedarán "al margen" de IU, que "no reconocerá" los frutos de esta cita. "La situación es irreconciliable" y la "escisión quedará formalizada" en cuanto se ponga en marcha, reiteró ayer tajante.

La respuesta de los críticos llegó casi de inmediato, con José Navas tirando también de padrinos. "EB es una formación soberana" y, por lo tanto, la asamblea se llevará a cabo. Según los estatutos y con el apoyo de la militancia, afirmó en una dura nota en la que acusó a Arana de ser la "correa de transmisión del sector más duro y centralista del Partido Comunista", y recordó que los miembros de la Ejecutiva que no apoyan esta linea -entre ellos su exlíder, Gaspar Llamazares, que ayer confirmó a DNA que acudirá a la cita del sábado-, comparten sus críticas a Arana y ven "peligrosos" sus movimientos en este pulso ya que, a su juicio, sólo lograrán "la ruptura" del partido.