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Explicaba el presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV anteayer en una entrevista concedida al Grupo Noticias que lo que podría ser verdaderamente enriquecedor a la hora de reformular el nombre del partido es que se abra un debate interno entre las bases jeltzales y que sean éstas las que adopten finalmente la decisión. A falta de que el periodo de reflexión que está protagonizando la militancia del PNV culmine en la Asamblea General de los días 13, 14 y 15 de enero en el BEC de Barakaldo, el multitudinario Alderdi Eguna que ayer celebraron decenas de miles de personas sirvió de termómetro para medir cómo han encajado, tanto simpatizantes como militantes, ese hipotético cambio de siglas.

¿Partido Nacionalista Vasco? o ¿Partido Nacional Vasco? Ésa era una de las cuestiones más comentadas ayer en todos los corrillos de las campas de Foronda, aunque, algunos simpatizantes como Jesús Mari Llarena, abogaban por una tercera opción que reflejara inequívocamente el ADN de Euskadi a nivel internacional. "Me parece muy bien que se haya iniciado este debate, pero yo iría más allá y le pondría Partido de la Nación Vasca, porque eso es lo que somos, una nación, y mantendríamos, de esta forma, la abreviatura de PNV", subrayaba.

A su lado, su sobrino, Manu Llarena, también se mostraba partidario de culminar el proceso de reflexión con el cambio de nomenclatura, situación que ya fue postulada en el centenario del PNV cuando la formación liderada por Xabier Arzallus registró el nuevo nombre. "Creo que se debe finalizar con el debate que se inició en 1995 y que el partido pase a llamarse Partido Nacional Vasco", reflexionó en voz alta Llarena.

Sin embargo, la decena de opiniones pulsadas por este periódico entre las personas que ayer se dieron cita en Foronda evidenciaron, como es lógico, que no todo el mundo se inclina por el cambio de nombre, especialmente los más jóvenes, que consideraban "válidos" los argumentos esgrimidos para su modificación aunque entendían que no era el momento para ello. "Me parece una buena idea que se inicie el periodo de reflexión, pero que creo que ahora mismo hay sobre la mesa problemas más importantes que tienen prioridad", aseguraba Iñigo, un joven llegado a Foronda desde Gamiz-Fika.

Pese a su juventud, la mungiatarra Nerea también tenía claro que si de ella dependiera el PNV mantendría intacta su denominación, por lo menos a corto plazo, y afrontaría más adelante la posibilidad de fraguar el cambio, siempre y cuando se lograse el respaldo suficiente para materializarlo. "Me parece una buena idea que hayan pensado en dar este paso, sobre todo para subrayar la conciencia de los vascos para actuar como una nación", comentaba Mikel, llegado desde el municipio guipuzcoano de Andoain.

Opiniones para todos los gustos que, en cualquier caso, no hacen más que respaldar el empeño de Iñigo Urkullu de lograr un debate interno en las bases del partido que posibiliten poner sobre la mesa la vocación de liderazgo de la nueva nomenclatura y su proyecto para liderar Euskadi.

La fiesta del Alderdi Eguna reunió ayer en las campas de Foronda a un nutrido grupo de representantes internacionales.

La mayoría aboga por cambiar el nombre al PNV, aunque otros creen que no es el momento

La necesidad de afianzar Euskadi como nación era uno de los argumentos más escuchados ayer