bilbao. Rafa Díez Usabiaga, ex secretario general de LAB y condenado a 10 años de prisión por el caso Bateragune, ingresó ayer en la prisión madrileña de Soto del Real por orden del Tribunal de la Audiencia Nacional que enjuició este sumario. Los jueces tomaron esta decisión a la vista de la gravedad de los hechos -la justicia le acusa de integrar ETA en grado de dirigente- y "el gran riesgo de fuga y de reiteración delictiva". Los magistrados, Ángela Murillo, Teresa Palacios y Juan Francisco Martel, especifican en su auto que Díez Usabiaga, y a la espera de que la sentencia sea firme, permanecerá en la cárcel hasta cumplir la mitad de la pena impuesta, en este caso cuatro años y medio.

Díez Usabiaga fue detenido el 16 de octubre de 2009 junto a otros dirigentes de la izquierda abertzale, entre ellos Arnaldo Otegi, acusados de reconstruir Batasuna a través de Bateragune. Seis meses después de su arresto, Baltasar Garzón le dejó en libertad bajo fianza de 30.000 puesto que su madre, aquejada de cáncer, le reclamó como cuidador acogiéndose a la Ley sobre la Dependencia. Tras conocerse el pasado viernes la sentencia condenatoria a 10 años, el tribunal debía decidir si continuaba en libertad o ingresaba en prisión. Los magistrados, en su escrito, no dudan del hecho de que su madre necesite cuidados, pero especifican que "no precisa de la imprescindible ayuda de éste" y que puede ser atendida por otros familiares y allegados.

Durante la vistilla, Díaz Usabiaga aseguró ante los magistrados que su intención no era de la sustraerse a la justicia. "Conmigo ustedes no debe tener miedo a que eluda la justicia. Dí la cara antes y durante el juicio y aquí sigo, e iré donde toque ir", señaló Díez Usabiaga, quien, además, negó cualquier vinculación con ETA. "No he sido nunca integrante de ETA, ni mucho menos dirigente. He sido un sindicalista apegado a su país. Esta persona va a seguir luchando por su país, por la paz y por soluciones democráticas", apostilló.