Trípoli. La Interpol anunció ayer que ha emitido una orden de detención contra Gadafi, su hijo Saif al Islam y su cuñado Abdulá al Senusi, exdirector de la inteligencia militar del régimen siguiendo el dictamen de la Corte Penal Internacional (CPI), mientras las operaciones militares se reanudan en Libia para conquistar los últimos reductos fieles al régimen del coronel.

La emisión de la orden responde a la petición hecha el jueves por el fiscal de la CPI, Luis Moreno Ocampo, que investiga la posibilidad de que Gadafi haya perpetrado crímenes contra la humanidad.

La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) señaló en un comunicado que esa notificación ha sido enviada a los 188 países miembros. En ella se incluyen datos de identificación e información judicial de esas tres personas y, según el secretario general de la organización, Ronald K. Noble, "restringirá de manera significativa su capacidad de cruzar fronteras internacionales".

Esa orden de captura o "alerta roja" fue considerada además una herramienta "potente para ayudar a la localización y arresto" de Gadafi y de los otros dos implicados, reclamados por la CPI por su supuesta responsabilidad en la represión violenta de las revueltas de insurgentes en el país. "En lo que respecta al cuartel general de la Interpol, Gadafi es un fugitivo", añade el comunicado, que señala que la organización policial cooperará con la CPI y con las autoridades libias representadas por el Consejo Nacional de Transición (CNT) para detenerle.

Esa circular tiene como fin el arresto provisional de una persona que está siendo buscada con vistas a su extradición o su traslado a una corte internacional, y su publicación implica que la Interpol actualizará todos los datos de inteligencia relevantes para asegurarse de que se les localiza, detiene y entrega.

Entre tanto, miles de ciudadanos libios se lanzaron a las calles de Trípoli para celebrar "la liberación" de la capital, tres semanas después de que fuera conquistada por los rebeldes. Desde primera hora de la tarde, en la antigua "plaza verde", ahora renombrada como "plaza de los mártires", hombres, mujeres y niños bailaban alegres y saludaban con efusividad a los milicianos, con ramos de flores en la caña de sus fusiles.

Esta celebración coincidió con la difusión de la noticia de que los rebeldes habían comenzado a entrar en la asediada localidad del oasis de Bani Walid, una de las pocas en las que junto a Sirte y los oasis de Sebha y Jufrah, resisten aún leales a Gadafi y donde se cree que pueden estar sus hijos, Seif al Islam o Saadi.